San Hermenegildo y la Parroquia de San José (addenda y explicaciones históricas)

Estas entradillas tienen de bueno su brevedad y su ligereza, de manera que muchas veces y a propósito, se dejan cosillas en el tintero, y así, como me recuerda un cariñoso comentarista en la entrada anterior, en la actual parroquia de San José de Madrid hay muchísimas curiosidades históricas, entre ellas la de la cripta episcopal –con su correspondiente lápida–, la única imagen de nuestro ángel Custodio o, añado yo, algunas esculturas –entre ellas la del pináculo del retablo mayor – del responsable de La Cibeles, el francés Robert Michel. Pero lo que yo quería añadir ahora son dos cosas, que fundamentan y prolongan realmente el origen de esta iglesia madrileña: es la una el paradero del cuadro de Herrera el Mozo que estaba en el altar mayor y que también representaba el triunfo de san Hermenegildo: está en el Museo del Prado. La tradición (en cuadros flamencos) se acentuará durante los años siguientes (Carreño, Herrera el Viejo, Zurabarán.... llega hasta Goya). Es exelente la informaciónhttp://www.archimadrid.es/sanhermenegildo/02-Historia%20y%20arte/Iconograf%EDa%20San%20Hermenegildo.htm

pero deja de suministrar la información esencial, por ejemplo que el cuadro de Herrera el Mozo estaba en el altar mayor de San Hermenegildo, sin lo cual se entiende mal la perspectiva desde la que se contempla.

Herrera el Mozo, apoteosis de san Hermenegildo, ahora ene le Museo del Prado

Y es la otra la explicación cabal del nombre de la iglesia y la insistencia de Felipe II en aquella fundación  que solo insinué antes, pero que quizá merezca la pena contar: (algo conté hace unos años con motivo de un enorme congreso sobre Felipe II  (Madrid: Parteluz,  1998, vol. 4, págs. 311- y ss: "Canciones para el final de siglo (1580-1600)") a partir sobre todo el ms. 5785 d la BNE, del que extraigo este párrafo: 

De Zurbarán

"La cabeza del glorioso mártir san Hermenegildo se sacó del  monasterio de monjas de Siquena, de la orden de san Juan, en el reino de Aragón, el año de 1585, a nueve de diciembre, siendo priora doña Luisa de Moncayo, interviniendo con unas cartas de su majestad el rey don Filipe II, n.s., don Juan Babtista de Cardona, obispo de Vich, al cual entregaron la cabeza en la misma forma y arcas que estaba en el monasterio, y la mando secretamente a su majestad con un capellán de su casa, a la ciudad de Tortosa, donde se entregó a García de Loaysa, su limosnero, y allí la vio su majestad y mandó entregar en su guardajoyas para que la trujeran al real monasterio de Sant Lorenzo...." 

En madera, Iglesia de san José

El manuscrito cuenta el viaje, la entrega y muchas cosas más, como relato salido del círculo de Loaysa ("limosnero mayor" sería equivalente a 'Ministro de asuntos eclesiásticos') una de las personas más influyentes de la monarquía hispana durante las décadas finales del s. XVI, toledano y amigo de Juan de Mariana, morirá despechado (lo cuenta Cabrera) el primer año del nuevo siglo, en Toledo.

Pero, ¿por qué esa obsesión del monarca por llevar los resto de san Hermegildo al panteón de El Escorial? Lógico, fue el hijo del Rey Leovigildo, martirizado con sus hermanas: eran ancestros de la realeza española y como tales debían reposar con los restantes familiares en el Escorial. La fecha (1585), como se ve, es determinante para la creación del convento de carmelitas de San Hermenegildo en Madrid (1586). Y la cabeza solo, claro, porque desde entonces el hacha (véase el cuadro de Zurabárán, por ejemplo) quedó como símbolo de su martirio, decapitado.

Vamos a terminar señalando que, desde mediados del siglo pasado, hay una nueva parroquia de San Hermenegildo (se terminó en 1975), al sur de Madrid, moderna.