Dice el portal de la RAE: La RAE y la Caixa impulsan una gran colección de literatura clásica española |
El presidente de «la Caixa» y de la Fundación «la Caixa», Isidro Fainé, y el director de la Real Academia Española (RAE) y vicepresidente de la Fundación pro Real Academia Española Víctor García de la Concha, han firmado recientemente un acuerdo para la edición de Biblioteca Clásica, una serie que aglutinará las mejores obras de la literatura española desde sus orígenes hasta el siglo XX.
La colección, coordinada por el académico y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Francisco Rico, constará de 111 volúmenes y será editada por Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg y ofrecerá un texto crítico depurado de cada obra, con anotaciones y estudios complementarios que enriquecerán su lectura. A ella se añadirán una versión digital de libre acceso que incluirá una selección de doce títulos en rotación, editados tan solo con un breve prólogo y notas, así como facsímiles de manuscritos y ediciones singulares accesibles a través del portal de la Academia.
El Cantar del Mío Cid; los Milagros de Nuestra señora, de Gonzalo de Berceo; la Gramática sobre la Lengua Castellana, de Antonio de Nebrija; la Historia verdadera de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, y La vida del Buscón, de Francisco de Quevedo, son los cinco primeros títulos que inaugurarán la compilación, que saldrá al mercado en el mes de febrero. Está previsto publicar un máximo de ocho libros al año.
La serie troncal servirá además de base para la edición de otras cinco series: Biblioteca clásica del estudiante, Biblioteca clásica popular, Ediciones especiales, Biblioteca americana y Biblioteca clásica digital.
Desde su fundación en 1713, la Real Academia Española ha venido publicando de manera discontinua ediciones señeras de algunas obras maestras de la literatura española. Con la edición de la Biblioteca Clásica, la RAE asume, pues, un proyecto largamente contemplado.
Para la Obra Social «la Caixa», su implicación en esta iniciativa, a la que destinará inicialmente 150 000 euros, supone un paso más en el objetivo de facilitar el acceso a la cultura de todos los públicos, con el fin de mejorar su comprensión del mundo, su comunicación y su socialización.
4 de enero de 2011
Con la misma cautela que tan digna institución debería observar, observo que en el mensaje anterior, impartido urbi et orbe, la RAE extiende sus competencias veladamente a la edición en textos "depurados" de los "mejores", etc. Es decir, incluye en su proyecto toda una batería de valoraciones implícitas que, me temo, no dependen de tan noble institución, sino de competencias y conocimientos que pueden o que quizá no puedan obtener; y que además de valorar apriori tamaña tarea, va inyectada por delante y por detrás de su carátula mercantil, con promesa de inundar el mercado a base de colecciones.
Acaban de publicarse dos gruesos volúmenes que recogen a modo de diccionario (Diccionario Filológico de Literatura Española, siglos XVI-XVII; Madrid: Castalia, 3 vols.) el repertorio de obras y autores de nuestra literatura clásica; me gustaría comentar, como responsable que soy de esa tarea, que he encontrado enormes dificultades –algunas de ellas insalvables– para que alguien redactara entradas tan cruciales como las de la poesía de Lope de Vega o la prosa de Francisco de Quevedo; y nótese que no estoy hablando de autores oscuros. No sitúo correctamente las noticias que, como esta, lanzan proyectos envueltos inicialmente en dinero y no en trabajos o en competencias. Hace poco he leído otro semejante referido al códice Daza de Lope (sobre el que ya se ha dicho algo en este cuaderno) y que está siendo objeto de cuidadoso estudio por parte de los pocos lopistas que han trabajado sobre sus autógrafos. Nadie ha de tener la exclusiva de estas tareas, por supuesto; además de que –mi cita preferida de A. Machado– la cultura más vale cuanto más se reparte, al contrario del dinero; pero tengo que desconfiar inicialmente de que el "canon" –¡vaya por dios, no quería utilizar el palabro–, los autores, ¡las ediciones y su modo de presentarse!, y de ahí para en adelante, vengan estigmatizadas por la RAE, deslizando discretamente esa tarea hacia la exclusividad, así sea cuando detrás de esas tareas se pongan nombres más o menos prestigiosos que, como nombres, como humanos, como filólogos, como todo lo demás, tienen reducida su actividad y trabajosa su clarividencia en campos que no conocen bien.
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Debo añadir a tan acertada exposición de criterios, que el responsable de tan axcelsa selección de lo mejor de la literatura clásica es el mismo que no hace tanto manifestabala el siguiente comentario:
ResponderEliminar-Usted detesta a Quevedo, o al menos al Quevedo del Buscón, ¿verdad?
-Yo cada vez estoy más a favor de una literatura humana, una literatura que sirva para la vida. La literatura literaria, la literatura pura, que fue lo que hizo Quevedo y lo que hicieron las vanguardias, me parece, en general, abominable.
-Es usted un detractor impío del barroco...
-Por supuesto.
La entrevista continua, pero aquí lo deje.
El proyecto en sí no tendría mala pinta si las obras que publicasen no contasen con ediciones muy buenas y recientes. Además, la relación de obras es prácticamente la misma que ya existía en Crítica. ¿Qué van a hacer, reeditar las de Crítica, sin tocarlas? Eso es vender la misma burra dos veces...
ResponderEliminarAplaudo.
ResponderEliminarHombre, pensemos que los bancos no dan puntada sin hilo: o sea, que no hacen esa inversión por amor al arte...
ResponderEliminar¿Cómo se compagina la venta de libros con el acceso libre a sus versiones digitales? A mí sólo me salen las cuentas si quienes pagan los libros son de nuevo las bibliotecas y, en el caso de España, con fondos públicos. Espero que éstas, alertadas, no vuelvan a comprar los mismos libros que ya deben (de) tener de la Editorial Crítica.
ResponderEliminarArume, creo entender en la noticia que las versiones a descargar no estarán disponibles de forma permanente, sino que serán unas pocas que cambiarán de forma periódica. Además esas versiones no serán las publicadas, ya que carecerán del estudio que acompañará las ediciones.
ResponderEliminarYa, supongo que para evitar problemas de derechos de autor, pero el estudio (si se le llama así a la introducción que precedía a las ediciones de Crítica, excelentes, por cierto) ya está hecho también.
ResponderEliminarSería conveniente que dijeran que se trata de una reedición ampliada, bajo auspicio realacadémico, de la edición anterior. Que la magnífica antología poética de Quevedo lleve el nombre singular de Poema a Lisi, Heráclito cristiano y otros poemas es revelador. Y que la tipografía de la lista que proporciona el anfitrión de esta casa sea exactamente igual a la de Crítica es la prueba concluyente de que la tarea parece ya hecha y dispuesta para la repetición. Lo que nada empece, claro está, a la calidad del trabajo ya hecho, ya digo excelentísimo.
La selección de obras para algunas épocas es bastante discutible. Por lo que respecta al siglo XVIII no deja de parecerme de lo más conservadora, al no incluir, por ejemplo, una selección de su periodismo o un título fundamental como El Eusebio de Pedro Montengón.
ResponderEliminarSupongamos que los títulos compartidos con la colección de Crítica sean una mera coincidencia (inevitable al hacer una selección de este tipo). Lo discutible es si la RAE se tiene que ocupar en este preciso momento de establecer o reforzar un canon que en su mayor parte es relativamente bien conocido. Porque a lo mejor ese dinero estaría mejor empleado en permitir trabajos de campo que descubrieran nuevos textos o permitieran un mínimo conocimiento de todas esas parcelas oscuras de nuestra historia literaria.
ResponderEliminarTambién es muy discutible si la RAE se tiene que lanzar a esta carrera comercial que lleva algunos años disputando: son ya algunos en los que, coincidiendo con la Navidad, aparece alguna obra "imprescindible", llámese Gramática, Ortografía o lo que sea, y siempre a unos precios totalmente alejados del popularismo que pregonan. ¿Aporta algo realmente novedoso (aparte de más de 30 € a la editorial) la última Ortografía?
Por último: Pablo, ¿no es curioso que esta sea una de las entradas que más debate está suscitando?
¿Es posible a estas alturas andar vendiendo ortografías, enciclopedias o diccionarios en formato de libro pudiendo obtenerlas en formato online? ¿Qué día las bibliotecas de este país decidirán no comprar más libros de esa naturaleza para que los editores tomen a su vez la decisión de no publicar esos tomos (analógicos, ;))que nadie ahora lee?
ResponderEliminarEl DRAE está a escaso medio metro de mi teclado: tengo que estirar algo el brazo. Nunca lo consulto si puedo hacerlo en mi ordenador. No soy el único: las personas con quien comento esto hacen exactamente lo mismo.
Y ahora, la RAE ¿quiere seguir vendiéndolo? Los particulares no pican: son las bibliotecas quienes lo pagan. SI las bibliotecas se niegan a ese gasto, ¿qué harán?
Sobre la creciente oligopolización de los estudios filológicos nada que añadir: con el aprovechamiento del capital realacadémico vamos camino del control casi total de los medios de producción filológica.