si pudiera
si sirvieran para algo estas condicionales
si al terminarlas
si las palabras
si fuera verdad al menos una parte de lo que
si no escondiéramos tantas cosas
si alcanzáramos a saber al menos si
si alguna vez
si entonces
si cuando te dije
si cuando me miraste
si pudiera enseñarte sin temor todo lo que
si pudiera decirte de verdad cuanto he
si
...si no escondiéramos tantas cosas... Qué soneto, Pablo, tan hermoso y tan completo.
ResponderEliminarQuerido poeta. Me va a permitir que le de unas cuantas condicionales a su joven Rapsoda. No lo puedo resistir: años enseñándolas y buscando ejemplos que atrajeran a los jóvenes... Seguro que entenderá usted este impulso. Incluso le puede dar materia para otro soneto. Los poetas lo aprovechan todito.
ResponderEliminarAl Rapsoda de las condicionales:
Si no imaginaras tanto
Si te mordieras la lengua antes de decir
Si no oyeras sólo lo que quieres oír
Si ellas se pusieran gafas de sol para mirarte...
Si no te las llevaras al rio...
No habría poesía.
Y muchos de nosotros dejaríamos de visitar este rincón.
O sea, Chiqui, que tengo que seguir igual. Gracias.
ResponderEliminarPoeta, las condicionales iban para el 'joven Rapsoda'. Nunca me atrevería a decirle a ningún poeta que dejara de escribir, a no ser que fuera muy malo, que no es su caso.
ResponderEliminar¿Ya abandonó lo de los Rapsodas? Con la lata que nos dio al principio, che!