Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 24 de junio de 2011

El manuscrito 108 de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander


Manuscrito que siempre ha resultado tan complejo como misterioso, aun cuando bien claro consta el nombre de los poseedores y compiladores. La guinda sobre su contenido y su valor la terminó de poner Robert Jammes, el gongorista de mayor prestigio, sin duda, en una de sus últimas publicaciones: la edición de las Soledades en la editorial Castalia. Allí sospecha que los poemas que en ese manuscrito aparecen versificando la enemiga entre Góngora y Quevedo pudieran no ser auténticos, pudieran ser apócrifos.


La autenticidad del corpus copiado en este famoso manuscrito, sin embargo, y también muy recientemente, se ha visto reforzada por la aparición de otros manuscritos que refrendan las atribuciones de otras series que solo contaban con el testimonio del santanderino, particularmente las versiones de los epigramas de Marcial y toda una serie de versos procaces. En ese sentido, muy importante ha sido la noticia que publicó después Fernando Plata, a partir de un manuscrito de la Biblioteca de Bartolomé March, sobe las atribuciones senequistas, que él confirma. Ni que decir tiene que este tipo de testimonios seguirán apareciendo en la medida que se vayan conociendo –si eso se hace– los fondos de otras bibliotecas.


Por mi parte he iniciado el periplo para estudiar unos y otros, en primer lugar desde el punto de vista "codicológico" (no me gusta emplear el término códice para manuscritos modernos, los que acompañan a la imprenta).


El ms. 108, que lleva tejuelo 139 (y olim, que no identifico, R-i-9-27; e: 108; M-139), es un códice unitario, bien formado, con encuadernación moderna en pasta española (¿del s. XIX?) y sellos de la propia biblioteca. La portada ha de ser clave, pues “es de la librería de Ambrosio de la Cuesta y Saavedra”, cuyo rastreo histórico hay que seguir. Quien lo formó no lo hizo al azar sino juntando obras, poemas o grupos de poemas, es decir, que hubo de tener a mano el corpus poético anterior de Quevedo, o hubo de irlo reuniendo, seleccionando o lo que reunía o lo que copiaba. No está formado al azar. Se distinguen, de esa manera, las siguientes partes, a veces corroboradas por la vieja numeración –subsumida en una moderna a lápiz–:

Cómo ha de ser el privado. Comedia famossa. de don Francisco de Quevedo y Villegas... (f. 1-70v). Fuente única de esta obra.
Bien aya quien a los suyos parece. Comedia de don Luis Cernúsculo de Guzmán (71-137). Lleva un colofón: “Acabose en Toledo a 24 días del mes de  abril de mill seiscientos y veytntydos años” (Con firma y rúbrica).
Una hoja en blanco.


Pero Márques de Escamilla. Representación española, por d. Francisco de Quevedo Villegas, señor de la villa de Juan Abad. Se pierde la numeración corrida anterior (que terminaba en el f. 137), aunque sigue la misma letra, el mismo sistema de copia y el mismo cuidado. Lamentablemente alguien ha arrancado una hoja después del folio numerado –modernamente, a lápiz– con 147. El reclamo, sin embargo, es correcto, por lo que hemos de pensar que no contenía texto. Una interesantísima nota final señala que está copiado de un borrador con mala letra, un autógrafo, cuyo “original tiene don Diego Arroyo y Figueroa, mi amigo” (f. 148).

[Sigue] Fragmento que de letra del autor estaba escripto en el reverso de una carta.... (f. 148v-149).


Después del f. 149v en blanco comienza la colección de Epigramas de Velaurensi Francés a los retratos que hizo Melozoque Ferrariense. Traducidos en castellano. Una nota marginal de la misma letra dice: “Son anagramas los nombres”. Esta colección, de la misma letra, formaba cuadernillo aparte, como indica la numeración antigua que se conserva, desde el f. 1,  y se trata notablemente de poesías originales (epitafios, madrigales.... hasta llegar a una colección de sonetos, de los hoy llamados satíricos). Es al final del f. 9v (moderno 158v) cuando añade nota en la que duda sobre la autoría de un poema; vuelve luego a los sonetos satíricos, romances y otros poemas. Sin perder la vieja numeración (que ya va por el f. 16v, nueva 165), el f. 17 comienza:
Serie de poemas “Contra don Luis de Góngora y su poesía....”, que así se encabeza el primero de ellos. Es notable que incluye la “Aguja de navegar cultos” (lo que nos da una fecha: 1629-1631 límite) y que inserta también (a partir del f. 24 diatribas del propio Góngora contra Quevedo, lo que permite entender el conjunto y sobre todo la sátira de Quevedo). Como en el f. 29v (=178v) se añade la observación de que “entre las obras de don Luis de Góngora andan impresas....” ya tenemos un nuevo dato sobre la formación de esta colección. El enfrentamiento poético se da por terminado en f. 33 (= 182) y constituye un corpus cerrado y coherente, en el que no se observan estridencias mayores.


En f. 33v (=183v) reaparece la colección de poemas satíricos de Quevedo, con textos muchas veces únicos (“Puto es el hombre que de putas fía....”, “Cuando tu madre te parió cornudo....”) y en tercer lugar la sátira contra Juan Ruiz de Alarcón (“Corcobilla”). Sigue el romance “A los moros por dinero....” y una impresionante colección de poemas satíricos, siempre con la vieja numeración corrida, hasta el f. 48 (= 197), en donde empiezan las

Traducciones de Marcial.... Esta sección manifiesta cierto cuidado mayor en el copista y en la trasmisión de los textos, con epígrafes latinos, cortes métricos no tradicionales, separación cuidada, etc.  Termina a mitad del f. 68 (=217), en donde detrás del correspondiente filete añade:


Epithaphio a Rodrigo Calderón... redondillas. Y dos romances, “Beneficiado en falsete...” y “...pareciéronme mugeres....”, después de los cuales termina el manuscrito y la segunda numeración.

La escritura comienza por ser muy cuidadosa, con capitales coloreadas de rojo, reclamos, filetes y rúbrica de fin de página. Se desvanece en algunos lugares, particularmente en la sección de epigramas y contiene pequeñas manchas de humedad, con algunas perforaciones que no dañan al texto. 
Es notable que el recopilador nos ha conservado obras auténticas de Quevedo en copia única; y es notable que las que tienen otras fuentes son también de Quevedo. Estos dos suelen ser signos inequívocos de la autoridad de un manuscrito. Lo que se acrecienta con que cuando duda sobre un texto, lo señala.

La copia se ha hecho en dos veces seguidas, o como mucho en tres, correspondiendo a las dos numeraciones más a la falta de numeración de otra sección. En la primera copia se reprodujeron las obras teatrales; en la segunda, las poesías. Las hojas sin foliar ni numerar corresponden  a fragmentos poéticos de carácter dramático: hasta eso tiene sentido en el lugar que ocupa (138-149v). El resto, la segunda numeración, recoge un corpus poético bastante armónico, en el que se han distinguido, por lo general mejor que en la mayoría de los códices de la época, temas o colecciones integradas (polémica con Góngora, epigramas de Marcial, epigramas satíricos, colección de sonetos....).

La fecha de la copia. La mayoría de los pocos datos que por ahora tenemos, los que saltan a flor de vista, sitúan la copia de la colección hacia la segunda mitad del siglo XVII; incluso algunos más sutiles, como cierta distancia ya con respecto al autor, al que se concede la autoridad de un solo manuscrito, con portada. Y particularmente que se antologuen poesías y se diga que son “fragmentos no impresos”; es decir, que se haya consultado la edición de El Parnaso.... y quizá, quizá incluso la de Tres Musas. El copista y su amigo, que tenía borradores de Quevedo, han cotejado lo que en ellos se conservaba, o habían copiado o reunido con lo que se había publicado. Es evidente que un estudio codicológico más riguroso, que no se ha hecho, nos va a dar la fecha exacta de su copia, tanto por las imágenes grabadas que se han utilizado en la portada, como por los dos nombres de poseedores que aparecen.


La autoría de los textos. Ya hemos señalado que los índices de autoría son todos muy altos: garantía de todo el códice cuando coinciden los textos con otras fuentes; garantía de otros parámetros cuando se trata de copia única (nadie ha dudado sobre la autoría de Pedro Vázquez de Escamilla, por ejemplo); confesión del copista de duda cuando copia algún texto.



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