Ha vuelto junio el de los días largos
a recobrar la lentitud del tiempo,
con el calor y con la luz a cuestas
vuelve a dejar por los caminos viejos
razón de flores y sazón de frutos,
versos antiguos, sentimientos nuevos;
si vas mañana a recorrer la tarde,
que no descanse el corazón su vuelo;
a cualquier lado que se incline, tú,
sin que te arredre el horizonte ciego;
junio dará su desazón de amores,
cosecha cierta que ocultó el invierno.
Junio dichoso, plenitud de ser.
Los miradores de la vida abiertos.
Ferruccio Orioli |
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