Dime qué día libras, panadera,
para que coma entonces el pan duro
de tu ausencia y no pierda la mañana
esperando tu blanca aparición
al mostrador de mis deseos, dime,
que solo quiero que me des tu pan
y ya no sé si el "tu" va con acento
ni por dónde puntuar este soneto.
Dame tu pan, tu pan, el de centeno,
el candeal, la pistola, el integral,
el de picos, la barra simple, el bollo,
el de mucha corteza, el de sin miga....
que cualquier pan que de tus manos venga
habrá de ser el pan de cada día.
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