Adelfas y magnolios, buganvillas,
olivos y chumberas, eucaliptos,
almendros y pinares, aguacates,
ibiscos, palmerales, más olivos
con el aire informal de un desganado
que no sabe los pasos de la danza.
Al otro lado un mar abrupto engaña
con la dulzura de su azul profundo.
Seguimos hacia el sur. Algo se acaba.
¿Será esta brisa el viento del desierto?
Tres mares juntos cerrarán europa
y su talón de acantilados rotos.
Llegaré a Ótrantro, el último puerto.
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