De todas las consignas, lemas, gritos, etc. que he venido oyendo y coreando en las últimas manifestaciones y asambleas, incluyendo la de hoy en Madrid, creo que este es el que mejor resume el ideario de las gentes que acuden a ellas. Porque pancartas y gritos había de todos los colores, desde el simple y valioso NO, que entre otras, he visto que llevaba una dama mayor y muy seria, hasta los más festivos y circunstanciales, con su qué de razón ("Ángela Merkel, chúpame el pepino"), pasando por los que hacían referencia a toda la sarta de males que han llovido sobre las gentes: bancos, hipotecas, sueldos, despidos, impuestos, políticos.... con dos o tres ritornelos:
"eo eo eo, lo llaman democracia y no lo es"
"que no, que no, que no nos representan"
"a aanti-capitalista"
"el pueblo unido jamás será vencido"....
Tiene cada uno de estos lemas su razón –y muchos, historia y tradición–, hasta tal punto que bien pueden servir de punto de partida para remontarse, por un lado, al origen de la situación y a observar, por otro lado, la sana perspicacia de la gente, a quien no consiguen engañar con palabras vacías de contenido, como es "democracia" cuando sea emplea en sentido general ("la democracia en España") o cuando se aplica con poco temor de dios a cada una de las esferas en donde se piensa que existe ("democracia en la universidad, en la justicia, en el empleo....") No hace falta ahora argüir –es demasiado simple y ya lo he hecho, y publicado, referido a mi propia esfera– que no, que no, que lo llaman "democracia" y no lo es.
La columna que bajaba por María de Molina, poco antes de confluir en la Plaza del doctor Marañón con la que llegaba de plaza de Castilla |
Mi columna salía de la plaza Castilla; hacia las 12,00 se ha encontrado con otra riada de gente –otra columna– que bajaba por María de Molina, y ambas han seguido por la Castellana hasta llegar a la plaza de Neptuno, sumando otras columnas que venían de otros barrios, muchísima gente, desde luego, de todas las clases y condiciones, con abundancia de jóvenes, pero también había familias, gente mayor, niños.... Los encuentros de las columnas eran verdaderamente emotivos, y la emoción provenía de sentirse confluyendo –solidarios– en causa humana de implicaciones sociales.
Que la solidaridad que solo se consigue en este país con el fútbol, los toros, las canciones de Bisbal, los programas de Belén Esteban y otras perlas estalle en la plazas y calles para hablar de dignidad, trabajo, democracia, etc. debe preocupar a políticos, gerifaltes y otras gentes de vivir turbio. En estos actos colectivos la cercanía entre grupos humanos se produce a partir de la conciencia de riesgo de la dignidad humana y de sus logros sociales e históricos, algo que queda muy lejos de los hábitos que cuidadosamente nos han ido inoculando –educación, entretenimiento, propaganda, valores....– para que disfrutemos en los corrales con las migajas, con la diversión controlada de los finde y con la consagración de la estupidez como única meta de nuestras vidas.
[Mis fotos, al ir dentro, no han podido tomar las perspectivas.
Voy a cambiar el lema de estas entradas, que venía siendo el de democraciareal.ya por otro elegido a mi sabor, lo que está en el espíritu inicialmente individualista de estas movilizaciones.
Mucha gente se quedaba, como se ve, en las sombras de Recoletos y La Castellana, pues la jornada sigue, pacífica y festiva].
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