Estos meses rechazan los fogones
prefieren frutas, quesos y gazpachos,
el tinto de verano para siestas
y las noches contigo, mano a mano,
sin ropa, que nos matan los calores,
y buscando algo frío que tomarnos,
por ejemplo trocitos de la piel
que ocultos a la sombra hayan estado;
y dejar que se digan lo que quieran
lo que en otra ocasión seria pecado;
yo creo que el verano es para eso,
todo sirve para eso al fin y al cabo.
Me comeré en el vaso de tu cuerpo
las cerezas, las peras y un helado.
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