En el próximo número de la revista VOZ Y LETRA aparecerá la primera entrega de mi reseña o catálogo de los manuscritos sobre tema chino en la Biblioteca Nacional de España, que empezó por ser un trabajo lateral para doctorandos de nacionalidad china –la mitad de mi antiguo curso del máster era de alumnos chinos, y algún coreano– y terminó enredándome en cuestiones cada vez más complicadas, que conoce bien quien se haya sumido en este tipo de tareas. Lamentablemente, perdí a una de las personas que me ayudaba en la investigación inicial, de esa nacionalidad, y me tuve que plantear estudiar y aprender chino yo mismo. Y en esas estoy.
En estos momentos preparo la segunda entrega, que completará la parte de manuscritos; pero los hijuelos nuevos se llaman: impresos, mapas, ilustraciones...., todo aquello que parecía o era accesorio o circunstancial en un primer momento y que, poco a poco, se fue convirtiendo en terreno muy interesante en el que había que entrar, explorar, conocer.... Yo son tres veces las que he viajado a China y he intentado experimentar directamente la sensación de ver y vivir lo que conocía por la historia y los documentos. Preparo, si todo va bien, dos nuevos viajes a dos zonas que todavía no conozco: la de Xiamen-Formosa o Taiwan, la de Mongolia (interior, como dicen). Y he procurado conectar y hablar, primero, con el grupo de sinólogos catalanes; luego, con mis antiguos colegas de la UAM en el departamento de lenguas orientales, particularmente con Taciana Fisac.
El desarrollo de la investigación, que va ahora a mi paso, es decir, con el deleite de la lentitud y el "trabajo gustoso" (JRJ), me ha llevado a abrir tres nuevos cajones, que iré completando según vaya disminuyendo mi ignorancia: la recolecta de impresos, que ya he visto que será desmesurada y con ciertas dificultades, algunas tan simples como la de que no he encontrado más ejemplares de la Biblioteca Oriental de Vindel (circa 1910) que los de la biblioteca Museo de Madrid (Lazaro Galdiano); no están en la BNE, por ejemplo. O como la de no poder consultar el juego de antiguas tesis doctorales (una decena, que me interesen) de la Universidad Complutense, algunas de hace más de 20 años (¡y hay que pedir permiso al doctor chino!). Otro cajón, el de los mapas que van surgiendo. Y otro cajón, el de los grabados, dibujos, figuras, etc.
Los trabajos gustosos van a la procura de lectores gustosos. Este cuadernillo es un lujo, Pablo. Me repito, lo sé. Pero es para que no vuelvas a cerrarlo aunque descienda el número de visitantes.
ResponderEliminarGracias, Concha. La verdad es que –lo he visto cuando he leído tu comentario– ha vuelto a subir, otra vez, por encima de cien.... Misterios.
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