Las recetas de los gazpachos son, en efecto, tan particulares como las preferencias sexuales, solo que las de los gazpachos se exhiben y las otras condenadas andan por las buenas costumbres de nuestra sociedad. Al paso, recomiendo un extraordinario blog en donde no se cumplen esas condiciones y su autora ha conseguido expresar con claridad y sin tapujos ese universo:
http://andthereisnotimetothink.blogspot.com/2011/06/alles-staendische-und-stehende.html
http://andthereisnotimetothink.blogspot.com/2011/06/alles-staendische-und-stehende.html
Imaginémonos esta conversación a retazos:
– Yo pongo de todo....
– Cuántas más cosas mejor
– Pues a mi me basta con sustancial...
– Pocos ingredientes, pero selectos, muy selectos...
– Hay que darse un descanso y ser imaginativo
– Para no repetir o sentir hastío o empalago.
–Tampoco es cosa de que uno se quede insatisfecho...
¿De qué hablan? No aconsejo la asociación mecánica de ambos campos.
Por mi parte, prefiero la sencillez, la naturalidad y el buen hacer; pero, claro, no sé quién se va a atrever ahora a decir que le gustan "todos" los ingredientes en el gazpacho y cuantos más mejor.
Como principio de una comida de verano, además de presentar el gazpacho puro (oliva virgen, vinagre de jerez, pepino y tomate), que suele ser, por lo demás, el gazpacho más sabroso, presento los acompañamientos que "huyen del calor de los fogones", la fruta de este espléndido año de frutas (particularmente cerezas y otras frutas de verano), el tinto de verano, queso –que en esta ocasión, como he estado en Santander son dos quesos cántabros (Picón y de Nata). Y dos lonchas de jamón, para evitar los fogones.
Para mi el jamon!
ResponderEliminarestrella