Muchas páginas harían falta para trazar mínimamente la historia del primer convento de dominicas de Madrid, y muchas –aunque no suficientes– ya se han escrito, sobre todo para completar el panorama de su fundación y de su travesía medieval, pues de comienzos del siglo XIII es el convento, que durante los siglos xvi y xvii hubo de ser una de las plazas más hermosas de Madrid y que, yo al menos, he conocido como un inmenso y sucio aparcamiento durante la etapa franquista –probablemente la expresión más acabada de la desidia y el desprecio hacia nuestra historia– hasta llegar al intento actual de ordenar aquel espacio en cuesta mediante terrazas de hormigón, algunos bancos y algunos árboles; intento, desde luego, fallido, aunque por lo menos se haya suprimido el aparcamiento. Todo ello muy deprimente. Claro que mucho más deprimente resulta leer a los cronistas del s. XIX, cuando cuentan, por ejemplo, que, como resultado del saqueo del viejo convento de dominicas, los niños llegaron a jugar a la pelota con la cabeza de Pedro el Cruel (1334-1369), cuya escultura estaba en una de sus capillas.
Quevedo había ordenado en su testamento que allí fueran trasladados sus restos, porque allí se habían enterrado familiares de la rama noble; cosa que no se cumplió. Quevedo tuvo ese gesto final de afirmación en las raíces más profundas de un españolismo que él había ayudado a trazar contra viento y marea, porque los dominicos fueron desde siempre la orden más venerable, con ese matiz intelectual que salvaguarda los valores del catolicismo en tiempos revueltos: eran los que administraban la Inquisición, con centro en su convento de Santo Tomás, de Toledo; y su rama masculina en la capital –nuestra señora de Atocha– cobrando cada vez más prestigio.
Madrid hacia 1850 (de http://www.colchonero.com/las_fotos_del_madrid_antiguo-itemap-115-92212-24.htm) |
Lo que en Santo Domingo había.... casi todo se perdió. Esta semana he ido a visitar el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, que mientras está en obras mantiene una mínima colección ("Tesoros del MAN"), en la que se puede ver el sepulcro de doña Constanza y la estatua orante aludida de su abuelo, Pedro el Cruel, provenientes de Santo Domingo el Real. Son mías las fotos, claro. Y he mirado con curiosidad si la cabeza del Rey forma unidad con el cuerpo o está desgajada.... Bueno, se aprecia en la foto.
También se conserva en el convento actual la pila bautismal donde se cristianaban los reyes (y que transportaban de un lugar a otro cuando hacía falta); y la llamada Madona de Madrid, una imagen venerable (¿siglo XV?) que solo pueden ver las dominicas actuales (en la calle de Claudio Coello, 141), donde no he podido entrar, vaya por dios, con lo que me gustan a mí las madonas y las pilas. Sobre esa imagen puede consultarse el blog
de donde extraigo este párrafo que resume la historia final de la comunidad:
En 1869 se ordenó la demolición del monasterio, lo que supuso la desaparición de casi todos los tesoros artísticos y documentos históricos que se custodiaban en sus dependencias. Una pérdida de incalculable valor, que los madrileños no hemos lamentado lo suficiente. Las monjas fueron acogidas en el Convento de Santa Catalina de Siena, en la Calle de Mesón de Paredes. Aquí permanecieron hasta 1882, año en el que se trasladaron al actual edificio de la Calle de Claudio Coello, cuya construcción dio comienzo en 1879, a partir de un proyecto del arquitecto Vicente Carrasco.
Hay un enlace a una cofradía del Rosario en el convento actual, con imagen incluida; pero la devoción a la Virgen del Rosario, como al rosario, es mucho posterior, del último tercio del s. XVI y sobre todo de comienzos del s. XVII. Véase
http://es.catholic.net/foros/viewtopic.php?f=91&t=1470
http://es.catholic.net/foros/viewtopic.php?f=91&t=1470
En fin, el convento fue fundación de la orden, se dice que del propio Domingo de Guzmán –todavía no era santo–. A lo largo de su historia fue uno de los preferidos por Reyes y potentados para enterramientos, bodas, celebraciones.... allí depositó Felipe II el cuerpo del príncipe Carlos, luego trasladado al Panteón de El Escorial. Los dominicos defendieron sistemáticamente privilegios y derechos, sobre todo cuando por la capitalidad (1561) de Madrid vieron que tendrían que compartirlos con los agustinos, los franciscanos, los mínimos.... Además, el convento que, inicialmente, había sido construido extramuros, cerca de lo que con el tiempo se iba a llamar Puerta de Fuencarral (y que hoy está hacia el fin de esa calle), había pasado a ser casi centro del Madrid capitalino. De hecho, las dos plazas más importantes del Madrid viejo –hasta la construcción de la Plaza Mayor, en 1619– fueron las de Santo Domingo y, fuera del recinto cerrado, la plaza de la Paja. Si el paseante se pierde por los andurriales percibirá, todavía, el aroma del Madrid histórico de los austrias, eso sí, amputado de su plaza principal y del viejo convento.
Dvid Robert, grabado de 1836, las tropas francesas entran por la puerta de Fuencarral |
Puerta de Fuencarral, c. 1850 |
Las tropas de Napoleón se cebaron en varios lugares madrileños (El Retiro fue uno de ellos), al instalarse, destrozar y robar, de manera que yo no suelo encontrar huellas documentales de su archivo, aunque las habrá. La restauración intentada por los dos monarcas siguientes lo salvó al comienzo de la desamortización, por intervención directa, al parecer, de Isabel II: realmente era contraproducente haberlo recuperado para demolerlo. Pero unas décadas más tarde (la primera república, 1868-9), ya muy deteriorado, terminó por desaparecer, en circunstancias muy penosas que recogieron los cronistas y que se narran en los periódicos de la época, como ya he comentado.
Resulta sorprendentemente rica y extraordinariamente documentada, sobre todo por sus ilustraciones, la página:
http://www.colchonero.com/las_fotos_del_madrid_antiguo-itemap-115-92212-24.htm
aunque en los últimos tiempos están apareciendo páginas muy ilustradoras, en la red, sobre el Madrid histórico.
aunque en los últimos tiempos están apareciendo páginas muy ilustradoras, en la red, sobre el Madrid histórico.
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