El nombre indica a las claras el carácter popular de esta estrofa. La forma más breve y clásica de la seguidilla es la de una cuarteta de heptasílabos y pentasílabos.
La propagación de esta forma se produjo desde finales del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, aunque haya muestras de este ritmo antes, incluso desde las jarchas, y luego se cultiva hasta nuestros días, sobre todo después que la frecuentaran primorosamente varias generaciones de poetas, desde los años veinte del siglo pasado (Lorca, Guillén, Miguel Hernández, Luis Rosales…). Es la forma que se conserva de estribillos y refranes muy viejos: En Cañatanazor / perdió Almanzor / ell atamor (¿siglo XIII?). Hubo de ser forma cantable y, quizá por ello, escasamente recogida por escrito (hay ejemplos sueltos y discutibles en los cancioneros del siglo XV; Eugenio Asensio data las primeras muestras a mediados del siglo XVI). Los neoclásicos extendieron su uso, que invadió el campo de las décimas, a todo tipo de asuntos: Torres Villarroel, Alberto Lista, Ramón de la Cruz… Se trata de una cuarteta de versos fluctuantes, pero siempre manteniendo el balanceo entre verso largo y verso corto, lo que suele materializarse en heptasílabos y pentasílabos, con asonancia en los pares. La forma pura, muy abundante, produjo multitud de deliciosas variedades y combinaciones:
6 Trepan los gitanos 1.5
5 y bailan ellas, 2.4
7 otro nudo a la bolsa 1.3.6
5 mientras que trepan. 4
(Góngora, como estribillo de romance)
7 Pálida está de amores 1.4.6
5 mi dulce niña: 2.4
7 ¡nunca vuelven las rosas 1.3.6
5 a sus mejillas! 4
…………….
(Martínez de la Rosa)
7 Alma que me transportas: 1.6
5 voz desatada 1.4
7 que a las almas ajenas 3.5
5 llevas mi’ alma. 1.4
(José Martí)
7 La cebolla es escarcha 3.6
5 cerrada y pobre: 2.4
7 escarcha de tus días 2.6
5 y de mis noches... 4
……………………………..
(Miguel Hernández)
7 Mi corza, buen amigo, 2.6
5 mi corza blanca. 2.4
7 Los lobos la mataron 2.6
5 al pie del agua. 2.4
……………..
(Alberti)
7 Llegó con tres heridas: 2.(4).6
5 la del amor, 4
5 la de la muerte, 4
5 la de la vida. 4
……………..
(Miguel Hernández)
De 6+7
7 A la guerra me lleva 3.6
6 mi necesidad, 5
7 si tuviera dinero 3.6
6 no fuera en verdad. (1).2.5 v.e.
(Cervantes)
Compuestas, a veces llamadas, sobre todo a partir del siglo XVIII, tonadillas, son las que se rematan con algunos versos más, normalmente con tres:
7 Campanita de plata 3.6
5 de tan gran templo, (2).3.4 v.e.
7 trémula y solitaria 1.6
5 sobre los cielos: 4
7 suspendida en los campos 3.6
5 del infinito. 4
(José Ramón Yépez)
Las variaciones sobre formas básicas suplementan las formas estróficas, que ya no serán muchas veces de cuatro versos, sino variantes polimorfas, como la seguidilla chamberga (la que añade tres pareados después de la cuarteta), la seguidilla gitana, etc., hasta llegar a constituirse (al menos desde el modernismo) en serie arromanzada:
7 Esquilones de plata 3.6
5 llevan los bueyes. 1.4
7 —¿Dónde vas, niña mía, 1.3.6
5 de sol y nieve? 2.4
7 -—Voy a las margaritas 1.6
5 del prado verde. 2.4
……………
(Federico G. Lorca)
Seguidilla real, como la denomina sor Juana Inés de la Cruz, o gitana, en la terminología de Augusto Ferrán, de quien es el ejemplo:
6 Desde la mañana 5
6 hasta la alta noche 3.5
10 ¡siempre luchando el cuerpo ya viejo 1.4.6.(8).9
6 con el alma aún joven! 3.(4).5
En fin, al menos su ritmo ha venido a renovarse con la aparición en el panorama poético español –y universal—de las tankas y los haikús, que son formas poéticas de origen japonés basadas en la mezcla de versos penta y heptasilábicos.
La propagación de esta forma se produjo desde finales del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, aunque haya muestras de este ritmo antes, incluso desde las jarchas, y luego se cultiva hasta nuestros días, sobre todo después que la frecuentaran primorosamente varias generaciones de poetas, desde los años veinte del siglo pasado (Lorca, Guillén, Miguel Hernández, Luis Rosales…). Es la forma que se conserva de estribillos y refranes muy viejos: En Cañatanazor / perdió Almanzor / ell atamor (¿siglo XIII?). Hubo de ser forma cantable y, quizá por ello, escasamente recogida por escrito (hay ejemplos sueltos y discutibles en los cancioneros del siglo XV; Eugenio Asensio data las primeras muestras a mediados del siglo XVI). Los neoclásicos extendieron su uso, que invadió el campo de las décimas, a todo tipo de asuntos: Torres Villarroel, Alberto Lista, Ramón de la Cruz… Se trata de una cuarteta de versos fluctuantes, pero siempre manteniendo el balanceo entre verso largo y verso corto, lo que suele materializarse en heptasílabos y pentasílabos, con asonancia en los pares. La forma pura, muy abundante, produjo multitud de deliciosas variedades y combinaciones:
6 Trepan los gitanos 1.5
5 y bailan ellas, 2.4
7 otro nudo a la bolsa 1.3.6
5 mientras que trepan. 4
(Góngora, como estribillo de romance)
7 Pálida está de amores 1.4.6
5 mi dulce niña: 2.4
7 ¡nunca vuelven las rosas 1.3.6
5 a sus mejillas! 4
…………….
(Martínez de la Rosa)
7 Alma que me transportas: 1.6
5 voz desatada 1.4
7 que a las almas ajenas 3.5
5 llevas mi’ alma. 1.4
(José Martí)
7 La cebolla es escarcha 3.6
5 cerrada y pobre: 2.4
7 escarcha de tus días 2.6
5 y de mis noches... 4
……………………………..
(Miguel Hernández)
7 Mi corza, buen amigo, 2.6
5 mi corza blanca. 2.4
7 Los lobos la mataron 2.6
5 al pie del agua. 2.4
……………..
(Alberti)
7 Llegó con tres heridas: 2.(4).6
5 la del amor, 4
5 la de la muerte, 4
5 la de la vida. 4
……………..
(Miguel Hernández)
De 6+7
7 A la guerra me lleva 3.6
6 mi necesidad, 5
7 si tuviera dinero 3.6
6 no fuera en verdad. (1).2.5 v.e.
(Cervantes)
Compuestas, a veces llamadas, sobre todo a partir del siglo XVIII, tonadillas, son las que se rematan con algunos versos más, normalmente con tres:
7 Campanita de plata 3.6
5 de tan gran templo, (2).3.4 v.e.
7 trémula y solitaria 1.6
5 sobre los cielos: 4
7 suspendida en los campos 3.6
5 del infinito. 4
(José Ramón Yépez)
Las variaciones sobre formas básicas suplementan las formas estróficas, que ya no serán muchas veces de cuatro versos, sino variantes polimorfas, como la seguidilla chamberga (la que añade tres pareados después de la cuarteta), la seguidilla gitana, etc., hasta llegar a constituirse (al menos desde el modernismo) en serie arromanzada:
7 Esquilones de plata 3.6
5 llevan los bueyes. 1.4
7 —¿Dónde vas, niña mía, 1.3.6
5 de sol y nieve? 2.4
7 -—Voy a las margaritas 1.6
5 del prado verde. 2.4
……………
(Federico G. Lorca)
Seguidilla real, como la denomina sor Juana Inés de la Cruz, o gitana, en la terminología de Augusto Ferrán, de quien es el ejemplo:
6 Desde la mañana 5
6 hasta la alta noche 3.5
10 ¡siempre luchando el cuerpo ya viejo 1.4.6.(8).9
6 con el alma aún joven! 3.(4).5
En fin, al menos su ritmo ha venido a renovarse con la aparición en el panorama poético español –y universal—de las tankas y los haikús, que son formas poéticas de origen japonés basadas en la mezcla de versos penta y heptasilábicos.
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