Hoy por primera vez desde hace tiempo
he dejado la cama sin hacer,
el pijama en la silla del despacho,
todo sin recoger, vaya desastre....
Liberado por fin de los deberes,
ahora tendré que conseguir que calle
la maldita conciencia y aceptar
la ventolera de la madrugada.
También es importante procurar
que el reconocimiento del nuevo orden
no se me vaya a versos, delicado
lugar para amapolas y nocturnos,
como tú, clara, que no sé qué quieres
apareciendo al final entre mis versos.
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