Las septillas y septetos suelen organizarse como estrofas compuestas de dos simples, de cuatro + tres, y así las coplas en septillas o en variedades de la cantiga de maestría. Para ellas cabe también la distinción según el tipo de verso que acojan; pero también son importantes algunas de sus formas mixtas, como el septeto-lira con sus múltiples variedades.
En poetas actuales y del siglo xx asoman septillas y septetos ocasionalmente, sin que la forma se reitere a lo largo de un poema, como semiestrofas de poemas poliestróficos, normalmente en variedades de la lira o septetos-lira, y en secuencias endecasilábicas, como Un galardón caído de los cielos…, de Jorge Guillén, en Final; o “Espero a mi gacela” de Miguel Espinosa. También formando poema breve, como en muchos casos de José María Millares Sal, del que citamos uno de Cuadernos 2000-2009, con ese desplante final siempre del último verso parcialmente desplazado por una sangría:
2 Miras 1
8 a lo lejos y se pierde 3.7
11 ese ruido que sentimos cómo ahora 1.3.7.(9).10
6 toca nuestras manos 1.3.5
10 y están frías por estar tan cerca 3.6.(8)
5 del precipicio 4
que no (2).3
4 vemos.
septillas trisilábicas
Tras el cohete, de J. Guillén, en Cántico, seis estrofas con la forma abababa:
Yo quiero
Peligros
Extremos:
Delirios
En cielos
Precisos
Y tersos.
………….
septillas hexasilábicas
Así se compuso el cuerpo estrófico de muchas serranillas, como una de las más famosas de Santillana, “La moza de Lozoyuela”, con ritmo uniforme, probablemente porque se cantaba y porque el ritmo de la poesía medieval jugaba un papel tan importante como el posterior silabeo:
………..
Allá a la vegüela 2.5
a Mata el Espino, 2.5
en esse camino 2.5
que va a Loçoyuela, 2.5
de guisa la vi 2.5
que me fizo gana 3.5
la fruta temprana. 2.5
……………
Se encuentra en glosas y canciones del periodo clásico (cancionero de Rávena, 120). Véase un ejemplo moderno de Amado Nervo:
Muchachita mía, 3.5.
gloria y ufanía 1.5
de mi atardecer, 5
¡yo solo tenía (1).2.5
la santa alegría 2.5
de mi poesía 5
y de tu querer! 5
septillas heptasilábicas
Ocasionales en poesía del siglo xx y actual, como “Una elegancia” (en Final), de Jorge Guillén, y casi siempre con versos blancos.
¡Oh niña, quién tuviera (1).2.4.6
tu duro corazón 2.6
y en la sutil manera 4.6
de Benvenuto hiciera 4.6
con íntima fruición 2.6
un símbolo que fuera (1).2.6
tu propio corazón! 2.6
(Fabio Fiallo)
Son incontables jueves 1.4.6
de babel y galeras 3.6
de berrinches con sorna 3.6
de gritos en el cielo 2.6
de orden y de caos 1.6
de clisés que no llegan 3.(5).6
de asedios no oficiales 2.(4).6
………………
(Mario Benedetti)
septillas octosilábicas
Forma usual de la copla mixta (4-3), en donde la primera redondilla enlaza con la rima de alguno de los versos finales, como en muchas del CG (del Almirante, 27). Véase un ejemplo con el quinto verso quebrado, de Baltasar de Alcázar:
8 Si tan hermosa esperanza (2).4.7
8 se ha de perder aquel día 1.4.(6).7 v.e.
8 que os goce, Constanza mía, 2.5.7
8 nunca Dios quiera, Constanza, 1.3.4.7 v.e.
4 que yo vea (2.).3
8 lo que mi’ alma desea 4.7
8 con tan dañosa mudanza. (2).4.7
………………………
Y otro de octosílabos blancos en Jorge Guillén:
La fuerza bruta es tan bruta 2.4.(5).(6).7
Que pesa sobre el opreso 2.7
Con una gravitación 2.7
Que parece gravedad 3.7
De carácter –con su ética, 3.7
Y no es más que pesadumbre 2.3.7 v.e.
De brutalidad en bruto. 5.7
Disculpa mi ignorancia, estoy leyendo tus artículos sobre métrica y de primeras me topo con unas anotaciones que no entiendo: Son las series de números al final de cada verso.
ResponderEliminarEntiendo que tienen que ver con el ritmo, creo que hacen referencia al lugar que ocupa cada sílaba tónica dentro del verso.
En La Moza de Lozoyuela es evidente que es así, al menos coinciden los números con las sílabas tónicas. Pero en la primera poesía me despista un poco.
En el segundo verso:
a lo lejos y se pierde 2.7
¿no debería ser 3.7?
(Creo que los monosílabos no se consideran)
En el tercero:
ese ruido que sentimos cómo ahora 1.3.7.(9)
No sé que significan los paréntesis del último número y, ¿no debería haber otra sílaba tónica: 10?
Te agradecería me confirmaras si estoy o no equivocado.
Gracias de antemano.
Las dos cosas las has visto bien, y además me las has corregido. Los números señalan la posición (o la sílaba tradicionalmente) en donde se marca la intensidad. A veces no pongo la última posición, por evidente (en los versos de once, la décima; en los versos de ocho, la sétima; etc.)
ResponderEliminarSuelo señalar entre paréntesis la posibilidad de que en esa posición haya un acento "extrarrítmico" (el que está al lado de otro esencial), que se realiza con mayor o menor fuerza, según.
En las breves entradas que sucederán iré señalando algunas de esas cosas que echas de menos: no quería cargar de teoría la brevedad de estas entraditas, y sin embargo quería que resultaran prácticas. Si me sigues señalando errores, miel sobre hojuelas. Esta métrica no deriva de ninguna otra: está elaborada de nuevo totalmente.
¡Más gracias!
Podria comentar el poema de j.Guillén en todos sus aspectos? ?
ResponderEliminarEl de tras el cohete
EliminarEl comentario de un poema depende siempre de los intereses del comentarista y la perspectiva del lector: como versos, como canto, como fragmento, como pensamiento, como contenido.... Es sabido que a partir de un solo verso uno puede irse al universo.
EliminarLa condensación que exigen estos versos tan breves apenas señala la voluntad (es un poema "lírico", por el "yo") del que lo vocea, que desea conseguir lo que es arriesgado y delicioso. Como los términos que definen esa querencia son neutros, de valor semántico muy amplio ("cielos", "delirios...."), cada lector pensará en algo distinto, si bien la "precisión" y la "tersura" proyectan su significado hacia elementos sensoriales, quizá sensuales. El "peligro" suele ser un ingrediente que acompaña al riesgo (social, personal, etc.) Todo esto son lucubraciones sobre su proyección semántica, que hay que conjugar con la velocidad del metro y un cierto tono irónico de la forma.