Recuerdo que leía a Max Jacob
y me reía con Prevert –palabras–
que atravesaba el boulevard Blanqui
con una novia triste que engañaba
mis sueños –como deben ser las novias–
allá por los secretos; y recuerdo
otra novia que me llamaba intelo
y me quería para no aburrirse....
Temps de cerises. Me voy sin embargo ahora
al roble de las penas del Retiro
con algún libro raro donde apunto
versos, que apenas leo, mientras miro
el azul silencioso entre las hojas,
el sereno vacío de los días.
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ResponderEliminarGracias por compartir este post, estaría bien poder llegar a más personas para poder transmitir lo dicho aqui, te deseo suerte con tu blog.
Un saludo!!