Se están abriendo las celindas, clara,
racimos blancos de pequeñas flores
cantan el ritmo de las estaciones;
vuelve otra vez lo que se va a la luz,
lo que quisiéramos seguir amando
mientras el tiempo deja huellas vanas;
lo que despliega alrededor maneras
de ser y estar, el ciclo de la vida.
De los almendros la temprana nieve
dejó sembrada la humedad de marzo
para cubrir la tierra de verdor
y atravesar abril y primavera.
Sobre la hierba se tendió la noche
mientras la luna se desnuda clara
en la fragancia de tu cuerpo abierto.
Campo de almendros, en el Retiro (21-4-2011 |
Celindas en el Retiro |
Bellísimo poema, con un eco machadiano. Para mi gusto lo estropeaste con lo del "cuerpo abierto". Qué manía...
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