La fantasía, elegancia, gracia con que se ponen nombre a las cosas en Francia, ya se sabe, es una de sus virtudes, aunque a veces sirva para esconder o disfrazar, cuando menos, el nombre de unas patatas al vapor, de manera que hoy, en el Jardin de plantes (ya empieza por ser sintomático que así se llama lo que se ha universalizado como "botánico" en otros lugares) me ha costado trabajo identificar y casar lo que veía con lo que conozco con otros nombres: a Suzane de los ojos negros, que me recordaba, a su vez, a Leonard Cohen, no he acabado por identificarla, pero debo reconocer que está bien bautizada, aunque sea un polifemo. Encabeza esta entrada.
Verge d'Oro del Canadá |
Me he emborrachado de flores, lo confieso, y al final va una muestra quizá excesiva, sobre todo si tiene en cuenta lo reducido que era el jardin, que presumía de dos hayas majestuosas, algunos árboles tropicales grandiosos y el ginko bilova ("de 40 ecus") más grande que recuerdo, incluso más grande que los del parque Montsouris de París.
Debajo de un buen ejemplar del naranjo de los osages un banco había, en donde he aprovechado para limar versos de paseante por la ciudad medieval que, por el momento, no mezclaré con las flores, porque en Francia me acomete el espíritu cartesiano y porque las sesiones académicas a las que acudo se celebran en un palacete del siglo XV ("Hotel Fumé") de la Rue Descartes, que se continúa por la calle del historiador Bouchet y "de la Chaine", que son dos extraordinarios reductos de la ciudad medieval.
Naranjo de los Osages |
En el Jardin des Plantes he recorrido la exposición de plantas florales y alimentarias, tarea en la que se me ha unido una dama francesa, y juntos hemos podido desvelar algunos misterios: la enorme variedad de albahacas –la morada y la de Tailandia me han llamado la atención y he cogido semillas del suelo (es sabido que la albahaca solo crece de semilla)–, las versiones de flores silvestres de todo tipo.... Al final voy a dar una muestra fotográfica, sobre todo de flores.
Albahaca púrpura |
Diré que mi visita era la segunda de las cinco que quisiera hacer, habían precedido la del Jardin de la Petite Villette, bordeando el río; y seguirán Le jardin des Sens, el Parc de Blossacc, el Parc Floral de la Roseraie, el Parc de Prés Mignons.... No sé si me dará tiempo, también tengo que asistir a algunas sesiones del congreso y, además, mañana es la fiesta nacional de Francia y por la noche tengo que bailar en la plaza.
Gracias por las preciosas fotos, cada vez le salen mejor ... o es que la luz y la suerte le acompañan. ¡Que encuentre una dulce dama para esos bailes!, que para una vez que Francia se divierte..., no me extraña que los franceses se echen tantos amantes porque para diversiones y parrandeos son negados.
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