Cuando muera, morí. Un problema menos.
Veremos qué permiten y qué no,
después de tanto predicar misterios.
Dejaré escrito un buen soneto donde
se describan sucesos del camino,
bueno, del "tránsito", como lo llaman
quienes dicen saber lo que se cuece
y andan con los pertrechos en maleta.
Me llevaré linterna y un paraguas
–viene de allí la lluvia– y tres condones
para el primer encuentro celestial,
que me compense las calamidades
padecidas con lágrimas del valle.
Ya veremos. Veremos. Un soneto.
Veremos qué permiten y qué no,
después de tanto predicar misterios.
Dejaré escrito un buen soneto donde
se describan sucesos del camino,
bueno, del "tránsito", como lo llaman
quienes dicen saber lo que se cuece
y andan con los pertrechos en maleta.
Me llevaré linterna y un paraguas
–viene de allí la lluvia– y tres condones
para el primer encuentro celestial,
que me compense las calamidades
padecidas con lágrimas del valle.
Ya veremos. Veremos. Un soneto.
Estelas funerarias en el museo San Telmo de San Sebastián |
No tires los condones! Vaya a ser que nos caiga a alguno en la cabeza...
ResponderEliminarSi hay algo en lo que descreo es en la necesidad de condones en el Más Allá, pero usted sabrá...
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