La otra cara de la moneda de “cortar” es la de la desaparición de las flores silvestres, en su mayoría más pequeñas u ocupando lugares escondidos, de paso, quicios y cunetas. En la poda de hoy he respetado unas cuantas, de las que doy muestra, aunque no he identificado más que seis o siete, a través de un libro de Xosé Ramón García (Vigo, 1991) sobre “plantas con flores”.
centaurea nigra |
Me he encontrado con que muchas de las plantas más frecuentes de esta tierra navegan entre lo de “silvestres” y “cultivadas”; en realidad son silvestres –yo no las he cultivado nunca– las fresas, las ortigas, las celidonias, casi todo tipo de enredaderas, variedades de la menta.... y, pasando a mayores, como se desprende de la antrada anterior, tampoco haría falta cultivar abruños (un ciruelo silvestre, del que se hace un licor), guindos, nogales, higueras, castaños, tojos, laureles, que libremente crecen y se desarrollan sin necesidad de cultivarlos.
digitalis purpurea |
Un labrador del lugar me comentó el año pasado que se había arruinado porque los eucalipto de los montes circundantes le habían robado cuatro horas de sol y casi todos los cultivos que tenía.
A lo mejor vuelven los paisajes y los cultivos.
Bellisismas flores, las quiero en mi jardin.
ResponderEliminarPues ya sabes, son bien fáciles de cultivar.
EliminarGracias por el comentario.