El rapsoda anda a salto de mata buscando algún Wi-fi, camino de Poitiers, en donde se va a celebrar el congreso de la AISO —Asociación Internacional del Siglo de Oro– que al fin y al cabo yo ayudé a fundar y poner en marcha, su primer presidente soy y ahora el primer Presidente de Honor, como mandan los ritos de estas reuniones de colegas, que suelen ser multitudinarias y simpáticas, como sin duda lo será esta. De manera que aprovecho la ocasión para visitar varias cosas pendientes y recalar, un par de días, en San Sebastián, en donde el viejo Museo Municipal se ha reconvertido en un flamante museo nuevo, de San Telmo, con inflexión muy fuerte en la historia y la cultura vasca. Lo he visitado hoy por la mañana, después de bajar del Igeldo, pasear la Concha y entrar en la iglesia barroca de Santa María, maravillosamente conservada.
Me apresuro a señalar que el nuevo museo, en el que se ha integrado el Municipal, es espléndido.... por los dos edificios, el nuevo y el viejo; el nuevo con su claustro de piedra dorada y algunos de sus vestigios (restos de la sepultura de los fundadores del s. XVI); el nuevo, acomodación y anexo, porque se ha conseguido crear un conjunto de insuperable belleza en el que lo antiguo y lo reciente se encuentran sin estridencias. Incluso la utilización de la iglesia, su coro, la parte alta del claustro, etc, se ha logrado equilibrar, creo que por el criterio de no invadir demasiado ningún espacio: aire, piedra, silencio, espacios....
El contenido del viejo museo sigue siendo más o menos el que siempre fue, bastante pobre, con préstamos del Prado, entre ellos el espléndido retrato del rey don Sebastián de Portugal (Sánchez Coello), el de Margarita de Austria (Pantoja), dos o tres grecos menores, un Guido Reni, un Zurbarán, un Alonso Cano, etc. Y luego, entre los más modernos, Zulogas, Sorollas, paisajistas de la zona, y poca cosa más, para rematar con Chillidas y Oteizas. Con un cuadrito de Sorolla de la playa de la Concha ilustraremos la próxima entrada. Esta va con fotos de lo que he mencionado.
Pero me he quedado sin batería....
Y la he recuperado dos días más tarde, en el café populaire de Poitiers, después de encargar una ensalada que se llama "on va s'aimer".
Pero me he quedado sin batería....
Y la he recuperado dos días más tarde, en el café populaire de Poitiers, después de encargar una ensalada que se llama "on va s'aimer".
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2011/trabajar-becario-convierte-muerto-viviente-20110712-81302.html
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