Creo que no se puede hacer lo que va en esta entradita, al menos algunas veces y con otros motivos yo lo he criticado, ejemplarmente en el episodio de la liberación de los galeotes por don Quijote, hazaña que va acompañada de juicios como que no está bien que los hombres quiten la libertad con que dios nos creo y cosas así. Se dice eso –tan romántico y tan bonito– por un personaje de una novela, que además está loco, etc. El juicio de la novela puede no ser "el juicio" del autor y por tanto puede no ser lo que asoma como doctrina. De manera que si yo extraigo "sustancia novelesca" de Acceso no autorizado, la novela de Belén Gopegui, y la presento descontextualizada puede que esté manipulando su alcance y su significado: dando como doctrina y realidad lo que es ficción.
Sin embargo la novelista ha conseguido en este caso un engarce histórico doctrinal –habrá que encontrar otro nombre– que asoma sin estridencias a la novela por vía de las palabras y reflexiones de los personajes, más que por sus acciones, al margen quizá de las acciones de uno de los personajes principales, la vicepresidenta. Y en esa sustancia novelesca hay cierta coherencia, en este caso, creo que porque deriva de la esfera política, a la que se refieren o por donde transitan los más de los personajes. Cierto es, por lo demás, que echamos de menos continuamente en la narración el tratamiento adecuado –personas, caracteres, etc.– de los "malos", que son fantasmas, demiurgos, seres extraños causantes de todo. Obviamente, ese no era el tema de la novela, que tiene derecho a elegir sus perspectivas, y ha elegido la otra, la de aquellos que reflexionan, viven y hablan desde fuera de las esferas del poder real, aunque muchos ocupen la esfera política, la del poder accesorio, o como dice paladinamente en algún lugar, hacia el final, la protagonista: "La política es el escenario donde se libran batallas que vienen de otros lugares. Nuestra batalla la han ganado otros". Y desde aquella perspectiva ha novelado una situación y personajes en los que se expone "el esfuerzo que hace la vida por vivir".
En todo caso el mejor valor de la obra estriba en cómo esa sustancia novelesca cohesiona la obra, le otorga el valor de testimonio de la desazón, la perplejidad y la lucha que sume, como al final, a los más rebeldes en la niebla.
He aquí muestra de parlamentos, reflexiones e intervenciones de ese tipo, es decir, de lo que yo he llamado la "sustancia" de la novela:
"....¿cuánto hace que no ve fuerza organizada en este país? La chapuza no está solo en la administración, está en todas partes." (p. 178)
".... nos mueven, nos joden, nos empujan, vamos de un lado para otro sin un motivo que sea nuestro, que de verdad nos pertenezca.... (p. 200)
"¿No sería más justo, puede que me preguntes, toma la palabra y desvelar lo que ahora sabes, que no vale la pena, que se lucha por nada, que el frente debe de estar en otro sitio si es que está?...."
"... quería estar al otro lado, no donde se controla y se cobra y se convierte la riqueza en escasez sino donde se abren las verjas que estaban cerradas y lo que es abundante se distribuye...." [empresas] "cuya actividad consistía de nuevo en crear escasez y sacarle beneficio".... " "esta vida funciona mal; aunque parezca obligatorio gustarse, autoestimarse, quererse y toda esa mierda, hay cosas que no están bien en mí, pero no solo en mí, ¿a nadie le remuerden nunca los recuerdos, nadie se lleva mal con su cuerpo, su trabajo, sus días, y quisiera tachar lo que no vale, desaprobarse, elegir que importen cosas diferentes?....
"Nadie es el amo"....
"Ella dijo que al final de cada conexión, en cada nudo de la red, había una acción posible"....
"Es una forma de hablar, los que no se preguntan, los que están yendo siempre de una piedra a otra, sin hundirse, sin mojarse, sin importarles qué es lo que pisan para seguir a flote..."....los ricos no pensáis. No quiero decir que seáis estúpidos, es solo que no os dedicáis a eso. No os hace falta...."
"Pero en algún lugar seguía habiendo mentes conscientes de que el código era poder y debía ser compartido; gentes que solo buscaban un territorio donde las cerraduras y la caja fuerte no dependieran del dinero acumulado con violencia, sino de noches con un termo de café y el universo entero al otro lado...."
"Una información divulgada a tiempo con la tecnología adecuada puede destruir algunas de esas relaciones, quizá algunas de esas fortunas. Pero para volverlas a construir, o para arrebatar a sus dueños lo que ya está hecho, necesitas involucrar a millones de personas que, con su número, reduzcan la cantidad de tiempo necesaria. ¿Dónde están esas personas?...."
Hasta llegar a las páginas finales, que también lo son porque la protagonista explica su propia historia política, que es la historial central de la novela:
"¿.... el rechazo sería el único espacio para el factor humano en nuestras democracias?"
".... continuar con el expolio de lo común mientras aumenta el control de la ciudadanía y se recorta su capacidad de decidir no debe ser la única opción, no puede serlo. Es nuestro país, el espacio temporal de nuestras vidas, es nuestro derecho a organizar un bienestar distinto y compartirlo".
Es fácil, muy fácil leer todo eso y pensar: ¿cuántas noches ha dormido la autora en la Plaza del Sol durante las últimas semanas? Parece novelar el 15-m.
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