Despacho (compartido) de PJP en la UAM |
Hace un par de semanas he comenzado el rosario docente, que denomino con matices de sacrificio religioso y reverencia por las condiciones en las que se produce, de lo que no será cuestión ahora.
ámbitos de imaginación y libertad |
Otra de las interferencias graves que se opone a un entendimiento limpio de lo que significa crear procede del resultado comercial al que hoy va prendido el proceso creador, que naturalmente aboca a que se lea (literatura) o contemple, a que se publique, se comente (público), se venda, se premie, etc. |
De manera que la situación que les he de hacer pensar es la siguiente:
1) Deberíais reflexionar sobre lo que es “literatura” y cuál es vuestra definición de esa actividad, cuál es su campo y cuál es su función. No digo que hayan de modelar teóricamente todo eso –no podrían– solamente zambullirse el campo intelectual en donde esos conceptos juegan.
2) Deberíais saber que la Filología (en este caso la española) lo que hace es historiar la literatura y analizar los resultados de ese proceso creativo, extendiéndose, como es natural, a facetas del proceso creador, analizando y criticando cómo se produce. Así por ejemplo se ocupa de la “lengua”, como soporte primero de las manifestaciones que hemos denominado “literarias”, y también de las técnicas o procesos de puesta en discurso que se combinaron o manipularon para lograr crear (poesía, teatro, novela, ensayo...), por ejemplo de las artes narrativas, los registros lingüísticos, la métrica, el estilo...
2) Deberíais saber que la Filología (en este caso la española) lo que hace es historiar la literatura y analizar los resultados de ese proceso creativo, extendiéndose, como es natural, a facetas del proceso creador, analizando y criticando cómo se produce. Así por ejemplo se ocupa de la “lengua”, como soporte primero de las manifestaciones que hemos denominado “literarias”, y también de las técnicas o procesos de puesta en discurso que se combinaron o manipularon para lograr crear (poesía, teatro, novela, ensayo...), por ejemplo de las artes narrativas, los registros lingüísticos, la métrica, el estilo...
En consecuencia, lo que se estudia son esos procesos, las técnicas y su historia. Ayuda, indudablemente, conocer los talleres y las piezas para saber cómo funciona el coche; pero hay cuestiones esenciales que se escapan a la mecánica y que derivan de situaciones tan complejas como son la imaginación, las vivencias, la capacidad y voluntad expresiva, la función, etc. que no se aprenden estudiando Filología. A mí me gusta mucho citar a Picasso, que resolvía esta situación con la siguiente frase, no sé si exacta o inventada: “Existe la inspiración, pero te tiene que encontrar trabajando”.
En otro momento –y en otro espacio– les explicaré por qué, como contrapartida, deben mimar ese espacio creativo que o cultivan o quieren cultivar: el lugar donde modelar su imaginación y su libertad.
Del último paseo por el patio del Reina Sofía, en Madrid |
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