enciendo su recuerdo cuando octubre
comienza y se doran los castaños
cuando las drupas del madroño adornan
las enormes hileras de los plátanos
mientras cerca los cedros impasibles
resisten los inviernos y veranos
y el griterío infantil de los colegios
se apaga con la noche y el cansancio...
sigue la noria de estaciones sigue
vuelve la luz del otoño cada año
dulce vuelve y serena ya hace tiempo
que octubre se colmó y fue sin embargo
enciendo su recuerdo cada octubre
vacío transparente y olvidado
comienza y se doran los castaños
cuando las drupas del madroño adornan
las enormes hileras de los plátanos
mientras cerca los cedros impasibles
resisten los inviernos y veranos
y el griterío infantil de los colegios
se apaga con la noche y el cansancio...
sigue la noria de estaciones sigue
vuelve la luz del otoño cada año
dulce vuelve y serena ya hace tiempo
que octubre se colmó y fue sin embargo
enciendo su recuerdo cada octubre
vacío transparente y olvidado
Paseo de cedros, plátanos y madroños en el Retiro |
Hermoso soneto, Pablo. Quien pudiera estar ahi en ese paseo. No hay nada parecido aqui.
ResponderEliminar¡Ay va, qué preciosos versos! ... menos mal que no se saltó del todo el mes y, no sé si rescatado del tiempo o recién sacado del horno, nos ofrece esto tan bello; más sugerente aún que el de noviembre.
ResponderEliminarPues, como siempre, muchísimas gracias por su inspiración de dioses y estaciones otoñales.
Fíese de octubre a partir de ahora, aunque le caigan sus maldiciones, le va a mimar este mes, ya verá. No se preocupe.
Libra
Gracias a los dos por vuestros comentarios y por vuestra generosidad crítica: fue resultado de una reflexión sobre eso de haberse saltado un mes, ayer, un día precioso en el Retiro y en Madrid.
ResponderEliminarHola, Libra. Aunque es dificil confundirlo, esto me gusta mas.
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