Palermo
Sobre la arena roja de las playas
el mar que vuelve azul el mar que lleva
serenidad y gracia hacia las ruinas
rutina de murmullo hacia las piedras
que la historia remota de estos pueblos
con artificio grabó y con belleza
ruinas que son vestigio de su esfuerzo
donde los niños sin saberlo juegan
y que el tiempo adornó con brotes verdes
de las semillas que escondió la tierra
el mar y el Etna el horizonte abierto
y un nuevo pasajero que lo piensa
eso es al fin lo que la historia dice
eso va a ser lo que al final nos queda
Palermo, 4 de octubre 2010
Excelente poema, Pablo, como siempre. Aunque creo que hay una errata en el sexto verso, ¿no?
ResponderEliminarMira que he estado en Milán y he intentado escribir un soneto, pero me salían rimas en -ato (de "gelato") y en -eto; quedaba demasiado ridículo. Estoy muy oxidado.
Ésa es la fontana della vergogna de la que un día te hablé, la que las monjas del claustro del fondo retocaron una noche armadas de martillo y cincel. No quedo una estatua con genitales y ahora las monjas no sufren alteración alguna de la sangre
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