Barbolilla que estás lejos y ajena
te amo como a Chopin todos los días
estos versos recuerdan tu dulzura
mientras vuelvo a sentir que te quería
los años que nos hunden poco a poco
te llevan al rincón donde se olvida
de allí voy recogiendo nuestras cosas
tus ojos negros tu ademán de niña
las noches que te quise intensamente
me dejaron tu voz azul prendida
y ya no sé qué hacer cuando me vienes
al cansancio final de la partida
que todo se nos va mientras queremos
sin saber dónde va se va la vida
¡Qué poema tan dulce y tan bonito!
ResponderEliminarPor sus poesías, mire que me está dando la impresión de que sí se le va la vida, pero ¡tan solo una de las múltiples que habrá tenido! y, además, se le va porque le está apareciendo una nueva. Los cambios siempre provocan nostalgia pero dejan que aparezcan otras cosas.
Mire que, por los versos de su cuaderno, parece que se va sumergiendo en vida nueva, aunque usted sólo vea que se le acaba una. ¡Las que le quedan aún!. Enhorabuena. Ánimo para la vida que le llega y bebe buen vino para alegrarla.