Esta es la vista que se puede disfrutar desde cualquiera de los dos lugares que voy a comentar, a recomendar, en pago de que uno de ellos me mantiene bien alimentado y el otro es el que suelo utilizar para conectarme a la red; ambos en Cedeira, desde luego.
La villa viene cambiando, siempre ligeramente los cambios, pero el kilowatio ya estaba aquí hace una docena de años, al menos, sirviendo su corto menú de tapas deliciosas, entre las que el "marraxo", un escuálido (cuya foto te enseñan) y los calamares son las dos estrellas, en ambos casos servidos sobre un lecho generoso de patatas fritas. Antes, cuando existía el restaurante "El Náutico", la competencia era
esa: o el menú del Náutico, con el Rape con guisantes como plato estrella, o el tapeo del kilowatio. Se cerró el restaurante y ahora hay que deambular de lugar en lugar buscando lo mejor; pero al tapeo del kilowatio sigue siendo espléndido, y con dos tapas se come y con una ración hay para más de dos.
esa: o el menú del Náutico, con el Rape con guisantes como plato estrella, o el tapeo del kilowatio. Se cerró el restaurante y ahora hay que deambular de lugar en lugar buscando lo mejor; pero al tapeo del kilowatio sigue siendo espléndido, y con dos tapas se come y con una ración hay para más de dos.
El viejo café Pinzón, a pocos metros, orillas de la ría, era un noble café de aire tradicional, muy visitado y querido por las gentes de la villa, lindando con la parte vieja. Hace un par de años vino a parar a manos de un argentino, simpático y emprendedor, que lo ha remozado, sin demasiadas estridencias –a no ser la de la música, dentro–, pero claro está que sigue manteniendo el emparrado de la terraza, en donde a las cuatro de la tarde, a finales de julio, mientras toda España se abrasa, es difícil soportar el frescor de la brisa.
Nada que objetar al comentario sobre el kilowatio y sus espléndidas ya abundantes tapas del marraxo y calamares, que aunque son sus estrellas, tienen más variedad y todo ello sbroso y generoso.
ResponderEliminarEn cuanto al Náutico y al Pinzón, si tengo que discrepar. En primer lugar el Naútico sigue existiendo y bridándonos sus excelentes platos y el Pinzón no vino a para sólo a manos de un argentino, nnos sería justo ya que son dos los socios que son igual de emprendedores y simpáticos además de buenos profesionales. Se trata de David y Mariano, dos amigos de la infancia allá en su Lanús del alma.
Gracias por las matizaciones, anónimo. MI comentario es ya muy viejo y luego he sabido, en efecto, cosas nuevas, que como mero cliente que allí toma café o disfruta de la ciudad, no conozco. Los comentarios sobre El Náutico se referían al viejo establecimiento, que en algún momento cerró... y luego hubo cambios de todo tipo.
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