Un destino tendremos de violetas,
durará nuestra imagen cuatro días,
alguien dirá que sí, que hubo no sé quién,
parte serás de la melancolía;
tantos disgustos y tanto trasiego,
pensar y no pensar en lo que había,
en la resolución de nuestras penas,
el libro blanco de nuestros enigmas;
violetas como mucho en campo ajeno,
pisadas, olvidadas y marchitas,
alimento de ovejas y de cabras,
lugar de paso para las hormigas;
millones de años para lograr nada.
Yo no sé si da miedo o si da risa.
durará nuestra imagen cuatro días,
alguien dirá que sí, que hubo no sé quién,
parte serás de la melancolía;
tantos disgustos y tanto trasiego,
pensar y no pensar en lo que había,
en la resolución de nuestras penas,
el libro blanco de nuestros enigmas;
violetas como mucho en campo ajeno,
pisadas, olvidadas y marchitas,
alimento de ovejas y de cabras,
lugar de paso para las hormigas;
millones de años para lograr nada.
Yo no sé si da miedo o si da risa.
Este soneto me lleva directamente a la Plaza de Canalejas de Madrid. ¡Qué buenos esos caramelos de violeta para las hormiguitas como yo! ¡Arrrrriba el ánimo y vivan las violetas!
ResponderEliminar¿Quién te escribía versos, dime quién era?
ResponderEliminar¿Quién te mandaba flores por primavera?
¿Quién cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta, te mandaba un ramito de violetas?
¿Quién no se acuerda de esta canción? Las violetas dan para mucho...