Por la vereda del tiempo
andando viene un recuerdo,
tiene el cabello castaño
y tiene los ojos negros,
cuando cerca ya ha llegado
a mirarlo me detengo,
que me turba y me contenta
y me abarca todo el pecho.
tiene el cabello castaño
y tiene los ojos negros,
cuando cerca ya ha llegado
a mirarlo me detengo,
que me turba y me contenta
y me abarca todo el pecho.
Entre las cosas buenas
que vinieron y se fueron,
la imagen de aquel entonces
es la imagen que más quiero;
con ella trazo paisajes,
construyo con ella sueños,
consuela mi soledad,
me abrigará en el invierno;
sé que en las horas amargas
me aguardará sonrïendo.
Yo no sé qué es lo que hizo
para anidar tan adentro,
donde vive lo que vale,
donde guardo lo que tengo;
como deja la tormenta
olor a lluvia y a cielo.
Como una mañana azul
por la vereda del tiempo,
como la flor que de aroma
deja sin saberlo un eco
que resuena cuantas veces
la vida se pone el velo
de la carrera sin fin
por un camino desierto.
Mirando su voz alegre
en la vereda detengo
por un instante los mares,
los ríos por un momento,
y suena alegre su voz
en medio del gran silencio.
Respira el alma, respira:
y voy entonces y siento
que algo se colmó a su paso
Toda la vida fue aquello.
que vinieron y se fueron,
la imagen de aquel entonces
es la imagen que más quiero;
con ella trazo paisajes,
construyo con ella sueños,
consuela mi soledad,
me abrigará en el invierno;
sé que en las horas amargas
me aguardará sonrïendo.
Yo no sé qué es lo que hizo
para anidar tan adentro,
donde vive lo que vale,
donde guardo lo que tengo;
como deja la tormenta
olor a lluvia y a cielo.
Como una mañana azul
por la vereda del tiempo,
como la flor que de aroma
deja sin saberlo un eco
que resuena cuantas veces
la vida se pone el velo
de la carrera sin fin
por un camino desierto.
Mirando su voz alegre
en la vereda detengo
por un instante los mares,
los ríos por un momento,
y suena alegre su voz
en medio del gran silencio.
Respira el alma, respira:
y voy entonces y siento
que algo se colmó a su paso
Toda la vida fue aquello.
Precioso este romance y precioso también otro suyo anterior –“No sirven palabras tristes”-. Muchas gracias.
ResponderEliminarMe despedí hace nada de hacer más comentarios en su cuaderno y, al leer estos versos, pues aquí comento de nuevo y vuelvo a enredar para que sepa lo bien que le han salido (ya en técnica no sé, eso usted).
Del anterior, extraña es su tortura: piense que los sueños liberan y el que es y nace soñador siempre lleva en su mirada un aire atractivo, de eternidad, muy sugerente. Así, sueñe aún despierto y láncese a ello con ardor –luego los lectores disfrutamos de sus versos.
Para usted, de otro soñador, González Tuñón,
Su clara aparición me hace amar esta orilla,
el otoño mojado y mi antigua congoja.
Entonces un albatros nace en alguna parte,
y se torna dorada mi magnífica ruina.
Yo no sé qué es lo que hizo
ResponderEliminarpara anidar tan adentro,
donde vive lo que vale,
donde guardo lo que tengo
Mira que me gustan estos romances tan frescos, tan sencillos, tan limpios... me dejan dentro la musiquilla y me alegran la mañana.
Estoy de acuerdo con Mercedes. Aunque melancólicos, porque así son,tus romances se leen con una sonrisa.
ResponderEliminarNo se nos vaya, Anónimo. Es un placer leerlo; añade a los versos su buena sabiduría. Gracias
Coincido con lo dicho anteriormente. Encuentro este romance nostálgico y melancólico, casi incitando a mirar atrás... Pero a la vez tiene una frescura y pureza que te hacen sonreír.
ResponderEliminarMe inauguro como seguidora de su blog, iré leyéndome poco a poco el resto y prometo volver a comentar.
Saludos.
Es usted muy amable, Chiqui. También se leen con mucho agrado sus comentarios porque son de los que más animan, de manera sagaz y divertida -por lo que recuerdo-, este cuaderno del señor poeta, profesor enrabietado y melancólico, hacedor de empanadillas y comedor de helados. Sólo falta que abandone los helados, tan dañinos ellos, y se dé al buen vino de oporto y a buenos tintos, que sirven de antibiótico, son medicinales y dejan al corazón como nuevo. Con una buena copa al caer la tarde, le iban a salir textos, romances y versos de quitar el hipo, además de alejar tristezas varias.
ResponderEliminarNde está creciendo un coloquio, me parece...
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