y se me ha sentado –vaya–
una chinita delante.
Le digo cuánto le quiero
en español elegante;
al “sorry” no le contesto,
como que miro a otra parte.
Al rato se lo repito
con voz dulce y gesto grave;
está claro de qué va
este susurro constante.
Me mira como asustada,
yo me hago el que nada sabe,
maniobro para que siga
tranquila pero expectante.
Al rato, ya más serena,
Con los ojos me contestaAl rato, ya más serena,
que ni se entera ni sabe;
sonrío con suficiencia
y prosigo en declararme:
–Si tú supieras, chinita,
si tú supieras romance,
sabrías que mis palabras
tendrían que encandilarte;
que vino el amor sabrías,
que lo tienes de tu parte;
por qué me ocupan tus ojos
el lugar donde mirarte,
por qué la luz te rodea
oscura, canela, suave,
que voy a llevarte a sueños
donde pueda acariciarte,
cerrar tus párpados finos
cuando empiece a desnudarte,
chinita de ojos rasgados,
que sabes a bienmesabes…
Ha venido la azafata
y he tenido que callarme.
Se ha dormido mi chinita.
Este vuelo va a matarme.
y prosigo en declararme:
–Si tú supieras, chinita,
si tú supieras romance,
sabrías que mis palabras
tendrían que encandilarte;
que vino el amor sabrías,
que lo tienes de tu parte;
por qué me ocupan tus ojos
el lugar donde mirarte,
por qué la luz te rodea
oscura, canela, suave,
que voy a llevarte a sueños
donde pueda acariciarte,
cerrar tus párpados finos
cuando empiece a desnudarte,
chinita de ojos rasgados,
que sabes a bienmesabes…
Ha venido la azafata
y he tenido que callarme.
Se ha dormido mi chinita.
Este vuelo va a matarme.
y hablando de noticias... ¿vendrás mañana con buenas nuevas a la BNE?
ResponderEliminarPor supuesto, mañana y tarde. Y además, quisiera añadir una página confirmando que todo se pone en marcha. Allí te espero.
ResponderEliminarEn viajes largos lo mejor es dormir o hacerse la dormida...muy lista la chinita!
ResponderEliminarQué bonito, Pablo, qué tierno.
ResponderEliminarNo se preocupe porque no le hagan caso, se ve que es cosa común en poetas; eso da pie a bellos romances (el suyo y poemas (Baudelaire) que disfrutamos los lectores:
ResponderEliminarTe adoro igual que a la bóveda nocturna...
Te adoro igual que a la bóveda nocturna,
¡oh vaso de tristeza, oh mi gran taciturna!
Y te amo tanto más, bella, cuanto más me huyes;
y cuanto más me parece, ¡oh lujo de mis noches!
que con más ironía amontonas las leguas
que separan mis brazos de la inmensidad azul.
Me dispongo al ataque y acometo el asalto
como tras a un cadáver un coro de gusanos,
y amo tiernamente, ¡oh fiera implacable y cruel!
Hasta esa frialdad que te vuelve aún más bella.
Baudelaire
Gracias, Baudelaire. Estamos en buena compania!
ResponderEliminarRealmente, es bonito el romance. A la porra con la chinita si no se entero!
ResponderEliminarMe trague los acentos...