Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

viernes, 4 de febrero de 2011

Madrid histórico

En mi paseo de los viernes por el Madrid histórico, para recuperar y ordenar datos, he tenido muy mala suerte durante casi toda la mañana, pues no he podido ver ni la Iglesia de Santa Isabel (cerrada), ni la colegiata (de clausura, con horario de 10-12, eran las 11) para la que hay solicitar cita (¡por escrito!, también para la Iglesia), ni el Colegio, al que entré, al parecer sin pedir permiso, y del que me echó con muy malas maneras el señor director cuando había hecho una foto del patio (la que va), señalándome que no podía entrar en el patio y galerías haciendo fotos; me identifiqué y le enseñé la foto, pero ya estaba cebado con su papel de guardián, y me mostró claramente que no estaba capacitado para ser director de un centro de educación. 

Patio del Colegio Santa Isabel


















He aquí una muestra de lugares recogidos durante el itinerario, escaparates, rincones, fachadas, etc.









Los tres edificios aludidos y su contenido pertenecen al  Patrimonio Nacional, lo que equivale a decir, de alguna manera, que se pagan con nuestros impuestos. Y guardan obras de Ribera, Alonso Cano, Claudio Coello... En fin, tampoco pude ver el maravilloso Palacio de Fernán Núñez, sede de RENFE, para el que también habré de pedir cita; y ya fui con pies de plomo en la biblioteca de las Escuelas Pías, para que me dejaran al menos asomarme, lo que me concedió Ana, su bibliotecaria, discretamente. Dedicaremos una entrada a ese importante lugar, un oasis. 
Todo comenzó a arreglarse merced a la amabilidad y generosidad de los que custodian y cuidan de la biblioteca de la filmoteca nacional, palacio en la C/ de la Magdalena, y culminó con la simpatía y aclaraciones de Germán Suárez, en San Isidro, que no solo me dejó pasar al claustro sino que intercambió conmigo anécdotas, nostalgias y versos (¡muchas gracias!). Volveré a la Colegiata y al viejo colegio imperial para trazar su historia con más cuidado, desde luego. El día se me fue con un callejeo continuo, no sin haber comido antes en el viejo Granero de Lavapiés, es decir, en la Calle Argumosa, lleno como siempre. Y de haber recorrido las Cavas, para visitar el Museo de San Isidro, junto a la capilla del Obispo, para salir luego hacia la calle Tabernillas (todavía se cita en los textos clásicos, por ejemplo por Lope y por Castillo Solórzano), llegar a San Francisco el Grande y asomarme a lo que entonces eran las cuestas y tierras de Gilimón de la Mota, que ahora son jardines de delias abiertos a la vega. En el Museo de San Isidro, del que hablaré, por cierto, vi la interesante maqueta del Texeira (terminada el año 2000), con cuya noticia completaré la historia de esos mapas.


La vega del Manzanares desde San Francisco el Grande

2 comentarios:

  1. Qué bello, Pablo, me apuntaría a ir contigo.

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  2. Esa vega del Manzanares, si no me equivoco, es la que Gallardón ha cedido al Vaticano para construir no sé qué. Veremos qué pasa.

    Un besooo

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