He
venido escuchando la pavana;
habrá
habido un lugar donde sucede
lo
que ha podido alcanzar su música
y
quedó dibujado para siempre.
Si
la escuchas dejándote llevar
y
la dejas venir mientras se pierde,
quien
llegó a comprender lo que no dice
lo
que fue olvida, arroja lo que tiene.
Tanto
de lo que se ama y lo que pasa,
un
poco más de lo que nunca vuelve;
tanto
de lo que lleva y no se sabe,
y
sin medida, de lo que sugiere.
La
pavana termine los nocturnos.
Se
va la madrugada, el tiempo cede.
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