Mercedes Agulló acaba de hacer público, en efecto, un nuevo y elaborado artículo sobre El Lazarillo en la revista lemir, en esta dirección:
Es un trabajo, como suyo valioso, documentado, certero, en el que la historiadora pone en juego toda su sabiduría crítica y perfila argumentos, añade notas y traza caminos. Perfectamente.
Lo normal es que nunca se pongan totalmente de acuerdo los críticos; y así, hay aspectos más discutibles que otros, interpretaciones más arriesgadas, datos que aparecen y desaparecen; pero, insisto, eso es lo normal. Verbo y gracia, ya que lo cita directamente y poco desvía sus argumentos, sí que existen cartas de Diego Hurtado de Mendoza a Santa Teresa (y yo las he citado), y sí que existe un círculo de contactos que vía Velasco –cariñosamente citado por la santa– llega a don Diego.
Las nuevas publicaciones, que se precipitan
(véase en este mismo blog, que por cierto, Mercedes Agulló no cita bien; en realidad es mejor ver
http://www.edobne.com/manuscrtcao/a-vueltas-con-el-autor-del-lazarillo/)
acrecientan el interés de las investigaciones, y por eso no le habrá dado tiempo a incorporar al paso el volumen reciente (Univ. de Salamanca, 2011, está también citado en este blog) dedicado al epistolario de Páez, ni a perseguir los papeles de Schott, ni a ver los originales de Zurita sobre la Inquisición, etc.
(véase en este mismo blog, que por cierto, Mercedes Agulló no cita bien; en realidad es mejor ver
http://www.edobne.com/manuscrtcao/a-vueltas-con-el-autor-del-lazarillo/)
acrecientan el interés de las investigaciones, y por eso no le habrá dado tiempo a incorporar al paso el volumen reciente (Univ. de Salamanca, 2011, está también citado en este blog) dedicado al epistolario de Páez, ni a perseguir los papeles de Schott, ni a ver los originales de Zurita sobre la Inquisición, etc.
Con todo, el artículo es preciso, jugoso, lleno de interés, y termina con un par de flores de aroma impagable, detrás de las cuales reconozco el buen hacer de Mercedes Agulló en los fogones, hasta el punto de que enmienda la nota a los "ojos blancos" del caldo en la ed. de Rico.
Querida Mercedes, qué bonito; todos sabemos que Rico, dada su naturaleza tan peculiar, no ha de saber cocinar y, a veces, hace falta bajar a menesteres humildes para entender a los clásicos.
Mi felicitación.
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