Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

jueves, 24 de junio de 2010

Poesía española actual (5): Juan Gelman


Obra literaria –y humana– extensa, rica, profunda, compleja la del bonaerense Juan Gelman (1930), tanto que no podremos ni siquiera citarla en su totalidad, correctamente; páginas hay. sin embargo, en internet que acumulan datos, noticias y poemas.


Probablemente, si esto de los premios y reconocimientos funcionara bien, sería merecedor del que obtuvo Saramago, además de los muchos con los que se ha reconocido que sus poemas afectan al lector, no siempre para llevarle por un itinerario de hermosura y exaltación vital –también de esos hay–, sino para mostrarle los quiebros de la condición humana y el resultado de la maldad, la perversión y otras lacras. 


Entre los oasis de la emoción que produce la belleza, la solidaridad y la comprensión, su poesía con frecuencia rompe pautas y fronteras para exclamar el dolor y la incomprensión. ¡Qué necesario es un poeta que nos diga versos como los suyos!


3 comentarios:

  1. Gracias, Pablo. No conocía a este escritor. Has elegido un buen poema para enganchar al lector.

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  2. Magníficos versos! Qué extraordinario vórtice de palabras y qué fuerza rítmica.
    Palavras esculpidas de maresia! Obrigada.
    Un saludo.

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  3. Muchísimas gracias por colocar de nuevo el bello retrato, más completo aún, de la joven veneciana, ¡con el poema manuscrito al lado!.
    Como me gustó tanto el retrato, aprovecho la explicación que me dio usted en su día acerca de él y he buscado el poema de Juan Gelman. Lo dejo también aquí (en su página se ve sólo la mitad, qué pena), junto con el otro que nos ha fotografiado, de lenguaje tan bello, que suena tan bien, y de palabras tan singulares para mi oído/mente.

    Volví para ver a la joven veneciana que me mostró el consuelo del amor. Es inmortal y me causa dulcemente daño. Está entregada a un aire que nunca me abrirá. Hace siglos tuve un sueño en sus labios. Está intacto. Ella ahí lo dejó y ahí se queda, cerrado para mí, que lo soñé.

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