Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 12 de junio de 2010

el Ministerio de Hacienda necesita expertos en lengua española

Es evidente que los redactores de escritos, impresos, ordenanzas, etc. de nuestro Ministerio de Hacienda necesitan de la ayuda y apoyo de expertos en Lengua Española para salir de los atolladeros expresivos con que se emborrachan y que, a la vez, provocan el desconcierto en quienes tienen que sufrir esos inmensos galimatías. Existe, como quizá en otros campos, particularmente en el del lenguaje judicial, un envenenamiento progresivo de la expresión que intenta ser lo que no es, y busca la precisión léxica y sintáctica en circuitos cerrados, que solo ellos entienden, porque dan por supuesto que términos, expresiones y giros significan lo que ellos quieren y no lo que entiende el común de las gentes. Se produce entonces el curioso fenómeno de un lenguaje críptico cada vez más alejado de la expresión llana. En segundo lugar, se da un peculiar retorcimiento que consiste en volver una y otra vez sobre lo que se ha dicho para castigar matices, tajar connotaciones o excluir entendimientos; de manera que se castiga al destinatario con vómitos verbales para que no entienda como, presuntamente, podría entender.
Y luego existen las genialidades que el ciudadano normal ha de averiguar con muchas horas de esfuerzo y de imaginación, averiguar lo que se barrunta. En la declaración de la renta de este año hay varios productos expresivos dignos de admiración; sea uno. ¿Qué querrá decir realmente "ahorro", palabra la mar de sencilla, cuando entra y sale de sintagmas como el siguiente: "Base imponible general y base imponible del ahorro"? Porque en ningún momento parece conectar el término con lo que entendemos sin más; antes bien parece que se refiere a un campo semántico ajeno. Por si acaso se pensara que exagero, me atengo a la definición explicatoria (p. 54, del cuadernillo que "facilita" todo):  se determina los importes de de la base imponible del ahorro, dice "por medio de un conjunto de operaciones que tienen por objeto la integración y compensación de sus respectivos componentes, conforme a las reglas previstas al respecto en los artículos 48 y 29 de la Ley del Impuesto". Está claro. Si perseguimos el concepto que acarrea lo del ahorro, de dónde viene, las cantidades provienen del patrimonio y del capital mobiliario, con enjuagues bastante alambicados: jugar en bolsa, vender un castillo y cosas así. 


Sería infinito subrayar las ambigüedades y torpezas con las que se persigue al ciudadano normal, al que además, si acude a oficinas, se le pide que entienda la jerga y, si quisiera reclamar... que lo haga en los impresos prefabricados por los propios verdugos. 
Cerraré al menos trayendo a colación la perla final que remata el uso de los "ahorros", en una fórmula especial para trapecistas del lenguaje, que reza (página 12 de la declaración): "Importe del mínimo personal y familiar que forma parte de la base liquidable del ahorro: la menor de la diferencia (679-680) y la casilla 630". No se crean que lo han entendido, ese escorzo de "la menor" lo escribió el diablo, y si se ponen a cavilar sobre la diferencia de qué se habla, se darán cuenta de que quien lo redactó o tenía muy mala uva o estaba momentáneamente cabreado con el mundo. Y lo malo es que la cantidad que te piden condiciona luego todos los resultados.
A ver quién se lo explica. Me darán la hoja de marras... 
¡Y con el paro que hay entre licenciados en Filología Española!

4 comentarios:

  1. No es solo entre los redactores del Ministerio de Hacienda, en documentos del de Educación también he visto auténticas joyas literarias.

    Así, para dar ejemplo.

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  2. Y luego está lo que ocurre cuando uno se entera de lo que estas gentes quieren decir: el horror.

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  3. Me parece una perla, este ejemplo. Mis alumnos sabrán apreciar tu análisis.

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  4. y la cara de tooonta que se me queda cuando me empiezo a preocupar y pienso si el motivo de mi incomprensión es debido a que soy intelectualmente inferior a esos que sí han conseguido presentara antes que yo......

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