Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 19 de septiembre de 2015

La "Revista de Filología Española"



Cuatro espacios bien ordenados cumplen la función de exponer el recordatorio de lo que ha sido la RFE a lo largo de los últimos cien años, centenario que cubre una exposición en Conde Duque (comisaria, Pilar García Mouton, "La Ciencia de la palabra", en Madrid), austera, seria, como la RFE sigue siendo: un lugar en donde las cosas se hacen con rigor y conocimiento, en donde importa más lo que se hace que quien lo hace. 

La Filología, que da nombre esencial al título, parece que ha entrado en zona de sombras, por la invasión de la era digital, de la luz y de la imagen. Y sin embargo, creo que son solo desvanecimientos y reajustes, pues enlaza directamente con una capacidad casi exclusiva –en su grado– de la condición humana: el lenguaje. Primero, por herramienta de comunicación natural; enseguida, por soporte de la reflexión y el pensamiento; finalmente como campo de imaginación y creación. No creo que nunca el lenguaje, en cualquiera de sus metamorfosis históricas, deje de ser algo esencial de la condición humana y de su desarrollo y constitución.

La RFE ha recogido cien años de estudio y reflexión sobre nuestra lengua; es decir, también una buena parte de la historia de las "humanidades" en nuestra cultura. Y eso es lo que ve el visitante cuando va de una sala a la otra: libros, filólogos, medios.... trabajo en suma sobre la lengua y sus aspectos, muy interesantes los que se refieren, 


por ejemplo, a la exposición de aparatos para congelar la muestra del habla viva, o cómo esas muestra acaban de asentarse en publicaciones (los mapas dialectológicos, por ejemplo). La muestra pivota sobre los grandes nombres de ese campo de estudios: en torno a Menéndez Pidal, sobre todo; pero en un curioso documental, una película vieja de casi 100 años (1926), se refiere a los prohombres de la vieja cultura humanística española (Castillejo, Elías Tormo, Américo Castro, Navarro Tomas....) No este lugar para referirlo, me limito a reseñar la exposición.
El documental sobre Navarro Tomás -al que alude el breve folleto– es ejemplar en este sentido. Está grabado hacia 1976 (¿antes de la muerte de Franco?) y un joven Jesús Hermida entrevista a la letra "h" minúscula de la RAE, en Estados Unidos desde 1939, es decir, exiliado. El gran filólogo español tiene 94 años, lee una nota breve sobre su biografía y refiere sus publicaciones filológicas: nada dice, ni por pienso, de sus importantes tareas durante la guerra civil (por ejemplo en la BNE), ni que a él se refiere Antonio Machado cuando dice que pasó la frontera hacia Colliure apoyado en el hombro fuerte de Tomás Navarro.... ni tantas cosas que hubieran podido engolosinar al público y que los periodistas cumplieran mejor con la historia, que aquí queda sencillamente escamoteada. Aquel plantel de figuras eminentes, en su mayoría arrumbadas en las sombras o en lejas tierras durante medio siglo, contrastan sobremanera con lo que hoy podría ser la imagen semejante –los bailes de salón de Víctor García de la Concha, verbo y gracia, el feroz mercantilismo y la falta de programas que recojan el trabajo colectivo.  Y eso que muchas (la de Elías Tormo, por ejemplo, que ya he mentado) se definieron ideológicamente de modo muy diverso: no se trata de ideas, sino de saberes. Quizá la cultura se mida también por la sabiduría y el modo de alcanzarse, fijarse, extenderse. La RFE lo hizo entonces y, creo, lo sigue haciendo. 


5 comentarios:

  1. Emociona ver a don Américo, Tomás Navarro, Menéndez Pidal, auténticos maestros. Lo que me pareció un sarcasmo es que fuera Hermida, el gran descoyuntador de la lengua, quien entrevistara a TNT. Por fortuna no se oye su voz. No sabemos si TNT, aun con sus noventa años, le dio una clase de pronunciación al oír su espantoso tonillo. Lo malo es que ha creado escuela. Américo Castro escribía como nadie. No se parecen nada, en efecto, Pablo, al innombrable que tu nombras, el gran cantamañanas, ni a otros tantos del mismo jaez que andan por ahí.

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  2. Pues...¡anda que no dijo ligerezas el Sr. Menéndez Pidal!

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  3. Casi ninguno de aquellos maestros termina por salir limpio de la historia; aunque los mejor parados son aquellos que conservaron dignidad, compromiso y sabiduría, como fue, precisamente, Navarro Tomás. Sin embargo, la perspectiva histórica –nuestro modo de pensar– también cambia y juzga de otro modo. El juicio sobre la sabiduría filológica, artística, etc. no conlleva mayores reproches, depende de su cotejo con datos objetivos alcanzados entonces o luego; el juicio sobre su actitud humana, social, sobre sus ideas, etc. es otra cosa.

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    1. Lo mío era más una crítica al dogmatismo de la veneración del nombre propio que a MP, ni como persona ni como filólogo. Me baso en la idea de que, por el motivo que fuera, algunas afirmaciones de MP fueron poco fundamentadas y, por tanto, ligerezas -en mi opinión-.

      Saludos.

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  4. Enhorabuena por el artículo. Me gusta especialmente lo de «que los periodistas cumplieran mejor con la historia, que aquí queda sencillamente escamoteada». En otro orden de cosas, y según leo en todas las fuentes primarias, los comisarios de la exposición, «austera, seria, como la RFE sigue siendo: un lugar en donde las cosas se hacen con rigor y conocimiento, en donde importa más lo que se hace que quien lo hace», son Pilar García Mouton y Mario Pedrazuela Fuentes.

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