Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

domingo, 20 de septiembre de 2015

Un concierto –floral– de Brahms

1. Brahms con estrambote

La tarde se ha marchado mientras brahms
sugería armonías olvidadas,
no ha sido buena idea encandilarse
con tanta melodía encadenada;

ahora no sé salir de la encerrona,
y he de soñar mentiras inventadas,
de las que uno de vez en cuando piensa
para que no se vaya el tiempo en nada

y se conviertan los zapatos sucios,
el coche antiguo y el jersey con manchas
en absurda obsesión, tarea inútil
que he postergado cuando brahms no estaba.


Sé cómo resolver la situación.
Es un peligro brahms. La noche avanza.

En estrambote dejo las disculpas,

que no es la solución para contada.



2
Aún queda qué guardar camino arriba
–un sexteto de Brahms dibuja el fondo–,
parece que el sendero siempre sigue,
que hay tiempo suficiente para todo:

contemplar lo que pasa por al lado,
encender los colores en los ojos,
en las manos sentir lo que está cerca
y que lejos se quede lo que ignoro;

repetir otra tarde como aquella,
perderse por la vida un rato, un poco,
echar de menos lo que se nos va,
marcharte una vez más, volverme loco;

y una noche cualquiera ver qué lejos,
sin darme cuenta, se ha quedado todo.


3
a veces el lugar reconocido
donde sé que lo que ya estuvo estaba
por eso escucho a brahms voy al Retiro
y el viejo pantalón y la bufanda

hago bizcochos si la tarde va
lenta o triste sin voz lejos extraña
y dejo por la noche que chopin
y me enciende la luz de madrugada

por eso en mis paseos barbolilla
a veces y tan lejos me acompaña
y con la risa de los niños ando
cuando juegan y corren en la plaza

por eso a veces miro donde sé
que no hubo nada antaño que no hay nada


4

Romance de los adioses, 
romance de rimas blancas, 
romances de tiempo ciego 
que apenas ya si se cantan, 
que al decir lo que quería 
temo que no digo nada, 
que no sé si lo que quise
lo inventaron las palabras. 

Qué más da revuelve todo, 
qué más da no quiere nada, 
solo mira si el invierno
se ha agarrado a la ventana, 
si aparecen los azules 
cuando llega madrugada; 
la rutina se ha posado
y las horas se adelgazan; 
costumbres de ciudad grande 
en el refugio de casa. 
Murieron los viejos sueños, 
quedó la canción lejana, 
chopin me resulta extraño
y chaicovsky me empalaga;
a veces se viene brahms
y me asusta si se marcha... 

Alrededores del frío
misterio impreciso pasa:
ha muerto de sed un ficus, 

una hortensia se desmaya,
se han quedado sin abrir 

regalos, paquetes, cartas...
y por desorden mayúsculo
ya no hay leche desnatada. 




5
Brahms lentamente brams y siempre brahms 
señalando el lugar que no entendemos, 
organizando la tristeza lejos,
al margen de este tiempo incomprensible,


como cuando después no pasa nada
y no alcanzamos a saber qué ha sido 

mientras que la ceguera nos confunde 
y el universo late en una hojilla

que al viento de la noche se resiste, 
que no verá llegar la madrugada
y aun así bebe luz, se agita, tiembla 

y todavía brahms y todavía.

¿A qué rincón del pensamiento 
echar la inmensa red del vacío? 


6. Brahms, Quinteto con clarinete, op. 115. Largheto

Yo solo quiero aquel larghetto 
dulce del clarinete y el violín de Brahms, 
cuando se van a recorrer la orquesta 
y se extravían lejos del quinteto.

Espero que lo entiendas, más o menos; 
no me interesa, la verdad que no,
todo eso que me dices tantas veces;
y lo sé, y no me importa lo que pierdo.


Ya atravesé por esos campos verdes, 
y bebí el agua de los manantiales, 
me sumí en el cristal que me miraba, 
y navegué los mares sin destino.

Tengo la claridad de las derrotas
y la misión de terminar mi tiempo. 



7
tendría que empezar la vida como 
los primeros compases del concierto 
para fagot de mozart, el allegro;
y terminar con una sinfonía

de mahler o la louange de messiaen
del cuarteto para el fin de los tiempos, 

muy apropiado —quinto movimiento— 
para el título y las circunstancias

en tanto llega mozart, yo me quedo
con los beatles, chopin, carmen linares, 

moustaky, hardy, credence, cohen, puccini 
y todo brahms para el atardecer

y que suene el adagio del concierto 
emperador si tú me miras, clara 


8
La tarde de trabajo llena Brahms, 
recuerdos imprecisos o inventados;
el tiempo, que confunde sus caminos, 
no sabe qué vendrá ni qué ha pasado;

finalmente dará todo lo mismo,
ni el tiempo ni tu ausencia me hacen daño, 
hay un rincón de sol para la vida
y de tierra un rincón para el cansancio,


y en tus ojos, serena, la costumbre
de volver a soñar con lo soñado,
un hilo de oro casi trasparente,
me dicen que es de amor lo que ha quedado;


yo no lo sé, sería, si amor fuese, 
estar con tierra y sol contigo al lado. 




9
La tarea es vivir continuamente 
salir a respirar todos los días
a gastar entusiasmo pese a todo 

y olvidarse de todo lo que olvida

la tarea es seguir y mientras tanto
tríos de shubert y su sonatina
para cuando el invierno alargue 

noches tendré la casa en orden recogida

nocturnos de fauré para nostalgias 
mientras se escucha alrededor la vida 
y lo poco que queda y he guardado 
lo iré dejando por ahí a escondidas

un cuarteto de brahms para el cansancio; 
y el recuerdo final, a barbolilla 




10
En esta casa mozart se pasea
por los pasillos desde que amanece, 

trabaja muchos días en pijama, 
desayuna con zumos y con nueces.

Mozart envuelve las croquetas mientras 
con flautas mima el lirio que florece,
a media tarde baila con los beatles, 
descansa y oye jazz cuando anochece.

Brahms abre o cierra todas las ventanas, 
se ocupa de la luz bastantes veces;
él es quien cambia de estación octubre.

Mas chopin vuelve si la noche crece; 

baladas canta para abrir la cama,
y sus dedos nocturnos adormecen. 





11. Brahms, Cuarteto, op. 51, 1; 2. romance, poco adagio

está sonando como nunca brahms 
con una gravedad desconocida 
estoy por marcharme de madrugada 
a remansar pasión por los caminos

azules donde pose todavía
algún girón de niebla, blanquecino, 

esperando que el sol cumpla tareas 
o que el viento decida su destino

si anduviera deprisa no tendría tiempo 
de amanecer así de rápido 
y podría pensar el pensamiento 
que se me va a venir encima ya

como todos los días, sin llegar
a controlar con qué intenciones vino 




Brahms, Sexteto no 1 para dos violines, dos violas y dos violoncelos, op. 18, allegro ma non troppo

12
Brahms dejó de sonar hacia setiembre, 
en octubre ravel y strauss se fueron, 
debussy enmudeció y schubert, 
solo hayden dejó sonar algún cuarteto;

prokofief me miraba picarón,
los beatles se callaban a lo lejos,
y chopin resistía a duras penas
con los nocturnos y con los esquerzos.


Noviembre no existió. Se fue el otoño, 
y llegaron los días del invierno.
Me iba al Retiro, al roble de las penas, 

y miraba sonar a los silencios.

Otoño nuevamente. Ha vuelto Brahms. 
Allegro fiel de su primer sexteto. 


13

Vuelve la lentitud, vuelve el invierno, 
el tiempo esconde frágiles sus manos, 
cubre con un reguero de silencios
un horizonte ciego casi blanco.


Volvamos al refugio del recuerdo,
nunca brahms de tal modo habia sonado; 
todo parece haber sido impreciso,
 inolvidable luz, lugar de paso.

Y ahora que diciembre ya decide
y que el tiempo desciende acobardado, 
miramos lejanías como estampas, 
ponemos la tristeza a nuestro lado.

Los árboles se van quedando sin hojas. 
La vida se me está yendo de las manos.


14

doctor, no voy a hacer abdominales, 
nunca renunciaré a los chocolates, 
comeré quesos artesanos, miel,
y esperaré las madrugadas mientras


trabajo versos y recita brahms
su clarinete cada vez más lento
el que tensa la luz de las mañanas 

y se deja la vida suspendida

cuando me tenga que ir a descansar 
desnudaré su cuerpo tantas veces 
como resista mi imaginación
para ser animal de sangre y tierra


cumpliré la misión incomprensible 
de belleza      pasión     melancolía 




2 comentarios:

  1. Magnífica su poesía musical o música poemada, suena el alma con todo por igual. La ilustración floral es estupenda, como siempre. Una página preciosa y que espero que le guste a usted también.

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  2. Hombre, yo la he hecho con cariño. Muchas gracias, anónimo. ¿Quizá podría organizar otros conciertos que andan dispersos por ahí?

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