Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

lunes, 4 de noviembre de 2013

De los nombres que se olvidan


jarro de fraile
La entrada se abre con un precioso panel de cuatro azulejos de origen valenciano, que da color a los blancos y azules –dominantes– de la preciosa exposición de la colección Carranza. 
Un largo paseo por los lugares históricos y artísticos de Toledo me llevó –en el Museo de Santa Cruz– a admirar unos cuantos broqueles de pozo; a mí lado, una dama preguntó qué eran, y se discutió en el grupo de turistas, hispanos, porque el guía erraba un poco. Pocos lo sabían.

brocales de pozo
Así fui constatando la cantidad de nombres que ya no pertenecen a la competencia de un hablante medio español, al menos en ese área, y los fui anotando, junto al objeto, que era el responsable las más de las veces del empobrecimiento léxico: portapaz, bandeja de escotaduras, bacía, vasia, jarro vinatero, jarro burladero, jarra de fraile, azafate, blandones, salvilla, alizar, azófar.... hasta medio centenar de palabros al cabo de una mañana de paseos por Toledo, terminados en ese paraíso arquitectónico del viejo hospital de los Mendoza, La Santa Cruz, cruz griega que guarda el arte plateresco de los Egas, Covarrubias (¡la escalera!) y, dentro, una cumplida exposición de arte sacro, sobre todo sacro.

Crismeras
(siglo XVII)
blandón

alizar toledano (siglo XVI
No digo que todos los nombres a los que aduje sean desconocidos, desde luego; pero se han ido arrinconando o perdiendo, por ejemplo azófar por "latón", "blandón" por los genéricos "luz o "vela", "alizar" perdió la batalla con "rodapié", y así sucesivamente.

jarra burladera
Menesteres que se fueron o enseres que se perdieron. Como los más pertenecen a la preciosa –y moderna, se inauguró en este siglo– colección Carranza de cerámicas y azulejos, de allí, del Hospital de la Santa Cruz, reproduciré en esta entrada algunos de los nombrados.

vasera talaverana o del Puente del Arzobispo
Algunos no están ni siquiera en los diccionarios, como "sacras" (en frases como "juego de sacras"), crismera (aunque se siguen rompiendo la crisma, lo que no asocia el hablante al artilugio en donde se guarda el aceite para confirmar).

azafate

Bandeja de escotaduras
(siglo XVII)
bacía








2 comentarios:

  1. Desconocía todo este vocabulario.
    Cuando has mencionado la cantidad de vocabulario que se pierde por falta de uso o porque se va sustituyendo por otras palabras he pensado en la mía, el gallego. Y en cómo en una lenta agonía hemos ido sustituyendo nuestras palabras por el castellano, llegando así a conservarse tal como yo lo conozco.
    En el caso del castellano me imagino que son evoluciones inevitables en todas las lenguas vivas.
    Gracias, Pablo por enriquecer siempre tus entradas y permitirnos aprender.
    Bicos.

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    1. Tienes razón, Ohma; recoge las palabras en las que observes ese arrinconamiento.

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