Me gusta trabajar con
heliotropo
recién cortado encima
de la mesa,
ni juan ramón se
atrevería a tanto;
los tiempos cambian,
se refinan, pierden
el viejo encanto de
la burguesía,
que reencontró los
burros y las rosas
en tanto el labrador
cernía el trigo,
hacía la matanza,
madrugaba
y enderezaba los
espantapájaros,
entre varias tareas
nobles más
que permitieran
azotar con lilas
las espaldas desnudas
de francina.
El heliotropo aroma
las baladas
Ayer me compré una orquídea. Aquí esta, a la luz de la pantalla del ordenador. Voy a ver si soy buena conmigo misma.
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