Creo que era Elías Tormo –el historiador del arte– quien citaba aquella penosa anécdota de un hispanista: "España es tan rica en arte que los españoles llevan siglo y medio intentando quemar y destruir todo y aun no lo han conseguido". Esa sensación produce Cádiz, sus monumentos e iglesias, la iglesia de San Francisco, sus altares, sus ángeles.
La colección de altares y ángeles de san Francisco que ilustra esta entrada dedicada va a una de mis colegas de blog, excelente amiga, buena escritora, que se ha llevado uno de mis ángeles a la pantalla de su ordenador, probablemente porque dije y supo que me había hablado. Lo que hicieron los otros ángeles, por cierto, fue acompañar a modo de coro mi admiración, lo que se tradujo en sonidos armoniosos del órgano.
Y había altares por todos los rincones, para que uno no se escapara de tan hermoso lugar sin dejar al menos alguna jaculatoria:
Me ha gustado esta entrada. Cuelgo enlace en mi blog.
ResponderEliminarSaludos.
Pablo, gracias. Con amigos como tú, y tengo varios, quién necesita a los ángeles. Que derroche de belleza, y en una sola iglesia! Tengo que volver a Cádiz y mirar esos altares con ojos nuevos, ahora viejos.
ResponderEliminarEl altar que más me ha llamado la atención es el de la virgen y el niño, de un gótico – casi gaudiano -- pero sencillo. El detalle de la ventanilla (en forma de Corazón?)
Me has alegrado el día. Un abrazo.
Nos quejamos de la religión, pero sin ella seriamos bien pobres en lo que al arte se refiere. Claro que otra cosa habría tomado su lugar. Los que nacen artistas crean de la nada, verdad?
ResponderEliminarMe ha hecho reir:
ResponderEliminarCoñazo en el paraíso
Lo curioso del ángel
es que, aburrido de ser
eternamente divino,
necesite matar al Padre
para ser
fugazmente humano
LE. Aute
Me ha hecho reir:
ResponderEliminarCoñazo en el paraíso
Lo curioso del ángel
es que, aburrido de ser
eternamente divino,
necesite matar al Padre
para ser
fugazmente humano
LE. Aute