Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

sábado, 13 de abril de 2013

álamos blanquecinos




los álamos     prefieren ser   tardíos
las acacias    con brotes    diminutos
enfrentados     recorren la avenida
trabarán   en verano    un arco juntos

que    al caminante     sombras le dará
y al viento      las cuerdas del murmullo
álamos blanquecinos      como púas
con un gesto invernal    suben desnudos

mientras   cerca un espino    se entretiene
bordando los primores de un capullo
que nevado será de borbotones
cuando lleguen calor sol y luz    juntos

el tiempo que pasó     ya fue medido
prendido    lo llevamos    sin futuro


3 comentarios:

  1. Sí que están tardíos esos álamos pero, ellos saben bien, en un par de días se convierten en frondosos árboles de buena sombra fresca para el reconfortante paseo primaveral, que tanto sosiego da si se sabe disfrutar lentamente. Aproveche las excursiones por los parques y jardines, el ginkgo de Fuente del Berro con sus hojas de corazones. El calor primaveral realiza el milagro en unos pocos días, aunque para el ánimo la estación sea ciertamente muy turbulenta; no hay que hacerle mucho caso.

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  2. Gracias, anónimo; a ver si puedo ver el Ginko de las Fuente del Berro, aunque en El Retiro, si se entra por alguna de las puertas (la de Doce Octubre, la de Sáinz de Baranda, etc,) de la zona nueva, hay un bosquecillo con una decena de ginkos, algunos ya mayorcitos.

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  3. No sé porqué confundo Alamos y Abedules. Hay dos abedules delante de casa que no dan señales de vida todavía, pero que de la noche a la mañana amanecerán cargados de capullitos y en pocos días explotará su verdor. Los miro todas la mañana cuando me levanto.
    Para cuando llegue a Madrid el retiro estará hermoso.

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