Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Entre versos y bufandas


¿Dónde irá tanto invierno de mañana
con este sol temblando y encogido?;
los carámbanos de las fuentes miran
desiertos los lugares del bullicio;

nievan el boj las hojas de los árboles,
cubren los setos, borran los caminos;
jardineros que limpian la hojarasca
son fantasmas con guantes gorra abrigo....

Cruza el paseante envuelto en su bufanda
–no sacará las manos del bolsillo–,
de repente de un chopo que tirita
a mi paso una hoja se ha caído.

La recojo y la guardo con cuidado
entre versos del blok en donde escribo.






5 comentarios:

  1. Le deseo un buen año nuevo, que lo disfrute en estos tiempos de agobio, con este regalo de poema de otro "quevedista", que parece que combina bien con usted, su visión de la vida y con su cuaderno ... a veces,
    Conócete a ti mismo
    Conócete a ti mismo,
    ¿pero en qué circunstancia:
    al borde del abismo,
    de turismo en Francia,
    en una cita a ciegas,
    una cata de vinos?
    Anda que no hay bodegas,
    anda que no hay caminos.

    En una notaría,
    montándome en la noria,
    en medio de otra orgía,
    en Gandía, en Coria,
    musicando las penas,
    observando a los grajos...
    muchas son las escenas,
    muchos los altibajos.

    Imputado en querellas,
    jugando con los niños
    pervirtiendo doncellas,
    haciéndoles cariños,
    disolviendo conventos,
    de bromas o de veras...
    tantos momentos,
    tantas esperas.

    Sintiéndome un gigante
    o creyéndome un gnomo,
    un día apabullante
    o bastante plomo,
    tiritando de frío
    o muy acalorado...
    ya llegará el estío,
    ya pasará el enfado.

    De juerga hasta el empacho,
    de luto sin consuelo,
    de vuelta en el despacho,
    como macho en celo,
    junto al río sagrado,
    junto al mar de El Pireo...
    eso me han enseñado,
    eso no me lo creo.
    Desertando del fuerte,
    soltándome una arenga,
    imprecando a la muerte,
    deseando que venga,
    una noche de luna
    anhelante de besos...
    canta la tuna,
    cantan los presos.

    Si a tal conocimiento
    llegara, aunque es dudoso,
    lo mismo lo lamento,
    me presiento soso,
    un mucho como todos,
    tal vez algo más flaco,
    con polvos y con lodos,
    con whisky y con tabaco.

    Un hombre que camina
    perplejo hacia el ocaso,
    un necio en su colina
    que imagina acaso
    que igual voy y me apiado
    y me invito a una copa...
    igual me doy de lado,
    igual prefiero sopa.

    Abandono la busca,
    me reconozco al tacto
    con mi sonrisa etrusca,
    mi propensión al pacto,
    sorteando las ortigas,
    burlando los castigos.
    Con mis amigas
    y mis amigos.

    Krahe

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    1. ¡Realmente muy divertido, este texto!

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    2. Muchas gracias, Sandra; y muchas gracias, anónimo, por adornar la entrada con Krahe, que acaba de presentar un nuevo disco.

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    3. ¡Ah, sí, estupendo en el Café Central!

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  2. Un poco caro, pero ahí está bastantes noches.

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