De repente los tertuliamos de las cadenas, digamos, de derechas, se han vuelto algo obtusos y no parecen entender lo que la nueva alcaldesa de Madrid quiere conseguir con esa fórmula tan sencilla de las "madres limpiando los colegios". ¿No lo entienden o barruntan en verdad de qué se trata? El caso es que hoy he visto en varios reportajes razonar con estupor cosas como "va a dejar sin trabajo a mucha gente", "está improvisando", "el ahorro será del 1%"… No parece que vaya a ser así: van a seguir existiendo trabajadores que ejerzan esa tarea en los colegios, y se les va a pagar igual o mejor que a los que hay, quienes se van a quedar sin su parte van a ser las empresas que intermedian, es decir, quienes se hayan constituido como empresas de capital casi puro, que a su vez contratan a trabajadores. Lo de improvisar...., bueno, no vamos a traer a colación el trasfondo histórico de esta cuestión, de abundante literatura con nombres que se suelen utilizar para asustar al que no sabe. En cuanto al ahorro, parece que podría ser de casi toda la tajada que la empresa-capital se reserva, según mi experiencia, hasta el 60% del dinero que se sustancia en los contratos públicos.
El caso es la mar de sencillo y se puede extrapolar a miles de situaciones semejantes, en todos aquellos casos en los que se contrata y concierta a través de empresas, consulting, etc., siguiendo criterios legalizados (que no legales). La empresa, a su vez, contrata o tiene a las personas que ejercen directamente la tarea (limpiar, catalogar, acarrear, ajardinar, guardias jurados….) Estoy hablando, en principio y por claridad, de empresas que no tienen complejas competencias técnicas (limpieza, guardias jurados, vigilancia, jardinería de mantenimiento, obreros no cualificados....) El resultado final de esta operación en muchos casos es que esa empresa, sencillamente, aparta lo que gana en la operación como tal empresa y da el salario a las personas que, a su vez, contrata para ese trabajo. Lo he visto hacer muchas veces; el resultado es que el capital (la empresa) gana por intermediar –es lo que hace– y el salario real (de los trabajadores) de las personas contratadas cae a niveles ínfimos y a condiciones penosas, que deben aceptar, porque el mercado de trabajo se mantiene barato con el paro galopante: si no lo aceptas vendrá otro, no hace falta estar muy cualificado. Es maravilloso para el empresario que el trabajador mendigue un puesto de trabajo.
Pero la alcaldesa habla de una cooperativa de madres, no de una empresa, por cierto, es decir de un modo de hacer en el que los beneficios se reparten entre todos los trabajadores y no son del capital invertido. Y eso no perjudicará a los asalariados, perjudica al capital interpuesto y todopoderoso. He manejado la explicación con sumo cuidado, precisamente porque conozco el trasfondo histórico (e ideológico) de esta situación, que hace falta volver a explicar cuidadosamente, sobre todo a los trabajadores, que intuyen que en todo ese tejemaneje son los perjudicados.
Desde luego que protestan las empresas o, mejor dicho, el capital que en estos casos opera más que como empresa de iniciativa propia, como pura fuerza de capital para intervenir en el mercado de trabajo, en su favor y en detrimento de los trabajadores. Una de esas empresas es la que ha comentado que se va a dejar en la calle a los trabajadores de la limpieza: no, insisto, seguirá habiendo trabajadores que ejecuten esa tarea, lo que no existirá es el gravamen de un capital que se queda con más de la mitad de lo que ellos hacen.
¿Tan difícil es de entender? Frente al capital que ejerce su fuerza en el mercado, abusivamente en las circunstancias que he ejemplificado, y solo en esas, la mejor defensa posible es la de las cooperativas.
Y sí, querido anónimo, para esto, fundamentalmente, sirve el blog, el facebook y demás. En Facebook ilustré con un empresario espantado ante la propuesta de la alcaldesa. Lo dibujó Carducho y anda expuesto en la Biblioteca Nacional de España, en donde ese sistema de contratación abusiva, en favor siempre del capital, opera a las mil maravaravillas, y no solo en vigilancia y guardias jurados –en detrimento de bibliotecarios–, sino incluso en niveles técnicos de todo tipo.
Aquí está la ilustración, que acompaño de otra en la que se ha motejado a Pablo Iglesias de diablo. ¡Qué premonición la de Carducho!
Bueno, ya se sabe que la hipocresía es deslenguada, bífida, venenosa e interesada. Montaraces cornamentas aquellas que benefician sólo sus bolsillos llenos vaciando lo social a la vez que persuaden con fines egoístas diciendo que el individuo es de naturaleza capital, y bla, bla...
ResponderEliminarEstos tienen esa costumbre: Mucho ver, y criticar, la paja en el ojo ajeno y no ven el pene en el propio...Y, además, lo llenan todo de un tremendo velo sacro.
Saludos :)´