Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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miércoles, 4 de abril de 2012

Métrica (12): Combinaciones de hexasílabos



Muy versátil, el hexasílabo juega tanto a las combinaciones con versos menores, sobre todo en canciones tradicionales y estribillos, como con las mayores, en las que prefiere, como es lógico las combinaciones con pares. La combinación más armoniosa es la que lo duplica, la de 6 + 6, sea a modo de romancillo, sea en tiradas dodecasilábicas:


Matanme los celos   de aquel andaluz:
háganme, si muriere,   la mortaja azul.
Perdí la esperanza     de ver mi ausente:
háganme si muriere    la mortaja verde....
                             (Góngora)


3-6    El ejemplo anterior es el de un Góngora que métricamente casi siempre se ha editado mal. Algunos de los estribillos de la poesía clásica, confusamente editados en efecto, pueden basarse en esta combinación; tal el de Góngora "Ya no más, ceguezuelo hermano, / ya no más", probablemente: Ya no más, / ceguezuelo hermano, / ya no más.
Estribillos exasilábicos pueden aparecer en composiciones métricas con otra estructura, por ejemplo y para el romance –también gongorino– "Sentencia es de bachilleres", el estribillo:
Cada uno estornuda
como Dios le ayuda.


3-6-12  frecuente en Salvador Rueda; y luego en Manuel Machado (“Versailles”, de Alma) y los modernistas. Ya lo expliqué al tratar de los trisílabos.
6-7     en los pareados de Miguel Hernández: En el fondo del hombre / agua removida…; aunque se pueden considerar ­–contra su editor y contra el propio manuscrito del Cancionero y romancero de ausencias— que se trata de un solo verso. El mismo poeta alicantino mezcló ritmos de estos dos versos en bastantes poemas del mismo Cancionero (c. 1941), donde se alcanza una inspiración desnuda que conecta con la poesía tradicional. Gabriela Mistral compone muchas veces con versos de seis a diez sílabas, sin aparente proporción alguna, en realidad jugando con los ritmos de cada tipo.  Véase este comienzo de la “Ronda del arco iris”:

7      La mitad de la ronda      3.6
6      estaba y no está            2.5
7      la ronda fue cortada       2.6
6      mitad a mitad.               2.4
………………..
Que estaba en la inspiración popular bien se ve en casos como el de este otro estribillo gongorino, elegido entre muchos semejantes:

7      Montaña que eminente
7      al viento tus encinas
11    sonantes cuernos son, roncas bocinas:
6      toca, toca, toca
6      monteros convoca
6      tras la blanca cierva
6      que, dudando aljófar,
6      corona la hierba.

6-8      así en alguna fábula de Iriarte (la de El cuervo y el pato y El ricote erudito, por ejemplo), formando cuarteta o redondilla. Tiene aire de estribillo en la rima lxi de Bécquer; lo emplea del mismo modo, pero con rima consonante total, Rubén Darío en varias composiciones de El canto errante: “A un pintor”, “Eheu!”, etc.; formando cuartetos aparece también en Juan Ramón Jiménez, con un ritmo semejante al de la seguidilla, claro:

Si me quisieras por siempre,        4.7
infiel te sería;                             2.5
no da dos veces un mismo           2.4.7
perfume la vida.                          2.5

Y con apariencia de silva, en Gabriela Mistral (“La ley del tesoro”). Modernamente se ha extendido su uso, sobre todo para silvas de ritmo par, con predominio de los versos de 6 y 8 precisamente. Es una de las combinaciones que dominan, por ejemplo, Quinta del 42 (1953), de José Hierro.

6-9      es un viejo ritmo, que descubrimos con cierta frecuencia en la lírica tradicional:
En la huerta nasce la rosa      3.5.8
quiérome ir allá                     1.3.5
por mirar al rüiseñor              3.(5).8
como cantabá.                      (1).5

En Avellaneda, de modo semejante, mezclando solo los ritmos heroicos del hexasílabo (2.5) con los ritmos dactílicos del eneasílabo (2.5.8), es decir, en lo que se puede considerar tirada rítmica:

De todos los genios hermosos      2.5.8
yo soy el más bello,                    2.5
y en todas las almas sublimes      2.5.8
se ostenta mi sello.                     2.5

Formando semiestrofas de hexasílabos que terminan y ocasionalmente se alargan con algún eneasílabo, por ejemplo en Manuel Machado, “Estatuas de sombra” (de Alma). Cuartetos de rima asonante en los pares, de Gabriela Mistral (9a 6b 9c 6b), “Canción del hombre de proa”; o en combinaciones muy variadas (“Jesús”).

6-10     Bécquer termina con hexasílabos los decasílabos de la rima VII y combina con ellos los de la rima VIII:

Cuando miro el azul horizonte      3.5.9
perderse a lo lejos,                      2.5
al través de una gasa de polvo     3.6.9
dorado e inquieto 2.5
………………

A esa combinación se refiere Augusto Ferrán como “seguidilla gitana”:
6         Desde la mañana                                      5
6         hasta la alta noche                                   3.5             
10       ¡siempre luchando el cuerpo ya viejo        1.4.6.9
6         con el alma aún joven!                             3.5

Rosalía de Castro lo empleó en combinaciones estróficas de todo tipo, con decasílabos del tipo 3.6.9, por ejemplo en:

6      Los unos altísimos 1.5 
6      los otros menores  2.5
10    con su eterno verdor y frescura... 3.6.9
       (En las orillas del Sar).

Rubén Darío recogió la combinación (Otoñales) en otra muy lograda, de cuarteto:

Tenía una cifra                                    2.5
tu blanco pañuelo,                               2.5
roja cifra de un nombre que no era      1.3.6.9
el tuyo, mi dueño.                               2.5
……………

Unamuno lo usó como variante de la estrofa sáfica, es decir 10A 10B 10C 6a;   con decasílabos del tipo 3.6.9 siempre:

10      Y al llegar en otoño los dias     3.6.9 
10      y las noches febriles del año,   3.6.9
4        con las hojas...                       3
6        Tu tierra las lluvias                 2.5
6        están abrevando                     2.5
…………………….
          (De Teresa)

Ese es el ritmo de la “Canción del jinete”, de Lorca.
En fin Enrique de Mesa la empleó para un “Madrigal”: Era pura nieve, / y los soles me hicieron cristal. / Bebe, niña, bebe / la clara pureza de mi manantial…

Era una combinación que estaba en el estribillo de Góngora (para octosílabos):
6      Barquero, barquero                              2.5
10    que se llevan las aguas los remos         3.6.9

6-10-12     en Camino blanco, viejo camino..., de Rosalía de Castro.

6ª-6b-11C-11B     en Amado Nervo (“Tel qu’en songe”):

Ayer vino Blanca,                                 3.5
me miró en silencio,                             3.5
y era más misteriosa que otras veces:  1.3.6.8.10
como se ven las cosas en los sueños     4.6.10
……………………………….

A nuestro modo de ver la combinación 6-11 es la del Planto por Jerusalem¸(s. XIII), en cuartetas con el estribillo ¡Ay Iherusalem!

11     A los que adoran en la vera cruz,      4.8.10
11     salud et graçia de la vera luz,           2.4.8.10
6       que enbio syn arte                           2.5
6       el maestre d’Acre                             2.5
6       a Iherusalem.                                  5

Es hemistiquio normal de los dodecasílabos y de los tridecasílabos, por lo que también aparece en las combinaciones 13+6 (aunque es mejor considerarlo cadena rítmica óoo), como en este caso de Unamuno, que lo empleó frecuentemente:

Cada vez que tu nombre pronuncio, Teresa,     7+6= 3.6+2.5
viviendo deshecho,                                          6= 2.5
me parece que el cielo la boca me besa:          7+6= 3.6+2.5
renace mi pecho...                                           6= 2.5

Ese tipo de “silva” con versos pares (6-8-10-12) fue abundantemente empleado por Salvador Rueda.

6-9-11     en ciertas combinaciones del modernismo, por ejemplo en estos cuartetos de Enrique de Mesa:

6     El campo, sediento;                          2.5
6     la nube, de paso;                              2.5
11   un cielo azul, desesperante y limpio  2.48.10 (=5+7)
9     y un rojo sol en el ocaso.                  2.4.8
………………………….

6-12        es por tanto la combinación más sencilla y normal, pues es un modo de quebrar el verso de arte mayor. Combinación que se ha dado en todas las épocas (arte mayor, S. XVIII-XIX, modernismo y posmodernismo, etc.[3]). Véase en Castillejo, por ejemplo, en donde los versos tridecasílabos se explican por ser de arte mayor, en tanto los hexasílabos (del tipo 2.5) alternan con los pentasílabos (1.4), que también mantienen el ritmo del arte mayor:

12      Si tantos monteros la garza combaten,       6+6=2.5+2.5
12      por altos oteros los perros le llaten,            6+6=2.5+2.5
12      neblís muy ligeros contra ella se abaten,     6+6=2.5+2.5
6        no es mucho la maten.                               2.5

13      Si la dama es servida de los escuderos        7+6=3.6+(2).5
12      y mucho seguida de los caballeros,              6+6=2.5+(2).5
12      de grandes señores con sus mensajeros,     6+6=2.5+(2).5
6        que sea vencida                                          2.5
5        siendo hermosa                                          1.4
6        en esta partida,                                          2.5
5        no digo cosa,                                              1.4
6        mas si es virtüosa.                                      2.5

Es la forma de las “Letanías de nuestro señor don Quijote” de Darío (Cantos de vida y esperanza), en sextetos de dodecasílabos, dos de los cuales quiebran con hexasílabos. Y con forma estrófica más abierta, de la “Salutación a Leonardo”, del mismo poeta y en el mismo libro.








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