Es un lugar, convertido en atracción turística, de Dali
(Yunnan), al que fui por dos cosas: lugar de demostración de los nashi
–una minoría étnica– y famoso jardín antiguo, a la manera china.
A la manera china quiere decir con profusión de construcciones, rocas, fuentes, etc. uno de cuyos elementos es el jardín. Y así era, en medio de un laberinto de patios, estanques y galerías, se ha cultivado un jardín en el que abundaban los árboles autóctonos, particularmente las camelias, que ahora, al final del verano estaban naturalmente sin flor. De una de ellas se decía que tenía 300 años de edad.
El conjunto resultaba muy barroco y la mezcla de elementos viejos, con los tenderetes comerciales y los pegotes modernos, muy difícil de discernir, al igual que ocurría con la exhibición de los naxis, que cantaban y bailaban al tiempo que se ofrecía un te, y que pululaban por allí vestidos con sus trajes típicos.
Yo no sé si el exceso comercial termina por arruinar cualquier iniciativa atractiva, particularmente la de mantener o recuperar lugares históricos o artísticos.
En todo caso, mereció la pena por ver algunos ejemplares del jardín, no tan visitado como las estancias.
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