Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.
Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno
martes, 27 de febrero de 2018
domingo, 25 de febrero de 2018
Sigue dulce el camino.... de sobre lilas, islas y otras cosas
Insisto en conseguir que domine el dulce, aliado con lo que nos va a mandar la primavera, incluso en los mercados (ya hay fresas....) y en los paseos del Retiro (botones, capullos, el verde que se va a al amarillo de las mimosas....) y los recuerdos (más barbolilla y menos universidad, pongo por caso). Y yo le dejo ir al tiempo, una cosa que en realidad ni existe ni la entendemos.

La entradita tendrá que ir aderezada del dulce que cociné ayer, bizcocho con fresas, claro, y con tres harinas, que solemos tomar --mi churumbel y yo– con natillas de soja. Y con algunas lilas.....
¿Y si hacemos todo junto?
Estoy a punto de terminar la reseña de todo el archivo naval, lugar en donde he encontrado viejos textos maravillosos, ya lo contaré, muertos de risa, mientras los niños españoles aprenden a cocinar, a torear, a ver el fútbol a cortar las telas.... cosas todas maravillosas que les convertirán en animalitos de pro. Pero avanzo despacio: el otro día me entretuve viendo cómo describían los viejos mapas la isla de Haikou (añadiré una foto al final, vaya), lugar al que he decidido ir en breve: mira hacia Vietnam y hacia Filipinas, es la isla más sureña de China. Y qué calor hará.
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Juan Ramón Jiménez
viernes, 23 de febrero de 2018
Otra vez tiempo de Torrijas
En el caso de las torrijas, veo las tradicionales de leche, las menos conocidas de miel, o de vino, que eran mis preferidas (juntas en la última fotografía); pero a su lado he visto que ha confeccionado una decena distinta de variedades, que se venden al peso. ¡Y las torrijas pesan muchísimo! De hecho, cada torrija se va a 3-4 euros. Ahí es nada, cuando era en verdad comida de pobre, que se hacía con el resto del pan, ablandado con leche o vino y azúcar y luego frito.
Que aproveche.
el tren hacia el oeste
oeste por donde el sol siempre se va
camino de sus luces incendiadas
el tren se traga todos los caminos
la noche
el tiempo
todo viene avanza
los estratos se rizan a lo lejos
los ojos no resisten la mirada
fragor del tiempo que agoniza lejos
dentro de poco quedará ya nada
da lo mismo levante que poniente
estrella cielo azul o nube blanca
dentro de poco oscuridad vendrá
y el tren recorrerá la noche larga
el tren sabe que a donde va tan
rápido
donde llega no hay nadie nada aguarda
jueves, 22 de febrero de 2018
Nocturnos, nocturnos, nocturnos, nocturnos....
Apaciguamos el día antes de dormir escuchando el primero de
los nocturnos de John Field, que ha cobrado ya la costumbre de darnos dulce
somnolencia. No salgo nunca de los nocturnos de Chopin, a cuyas decenas de
versiones he dedicado algunas páginas en mi blog. Tengo la suerte de que
algunos los toca ya a piano mi churumbel. La predilección, entre los otros, se va por el de Camille Pleyel (+1855); y escucho a veces con curiosidad los Notturni de J. Haydn (HH 25-32)…., que no terminan por sugerirme el encanto nocturno; pero, Chopin al margen, el que creo que mejor me produce la sensación de que todo
puede ocurrir en una noche mágica es el andante “nocturno” de A. Borodin, que
ocupa el tercer movimiento del cuarteto para cuerdas número dos. Es curioso, su
melodía –creo yo– es bastante conocida, pero autor y obra andan más o menos
ocultos. Todavía tengo que aprender a insertar música en este artilugio, lo que
creo que se hace enlazando con You Tube. Voy a intentarlo con esta entrada, a
ver qué sale. https://www.youtube.com/watch?v=OKm-oipDkp0
Anda de ronda la primavera y no es cosa que nos sorprenda con músicas poco agradables ni con el vocerío de los himnos patrióticos, los triunfos y las eurovisiones… Yo prefiero, por cierto, las versiones publicadas por Marçal Font o por Miguel Sánchez (la republicana en este último caso). Lo de la cualidad y un cierto rigor será cuestión de la próxima entrada, a propósito de ese bello alejandrino no machadiano, el de “Estos días alegres y este solo de la infancia”, es curioso que Machado, entre los centenares de alejandrinos que escribió, solo haya uno –ya diré cuál es– y un solo poema, también lo he dicho, con esa melodía de princesas tristes. Cuando le salía uno de ese ritmo, lo corregía sencillamente. Ya lo explicaremos, otra vez.
Anda de ronda la primavera y no es cosa que nos sorprenda con músicas poco agradables ni con el vocerío de los himnos patrióticos, los triunfos y las eurovisiones… Yo prefiero, por cierto, las versiones publicadas por Marçal Font o por Miguel Sánchez (la republicana en este último caso). Lo de la cualidad y un cierto rigor será cuestión de la próxima entrada, a propósito de ese bello alejandrino no machadiano, el de “Estos días alegres y este solo de la infancia”, es curioso que Machado, entre los centenares de alejandrinos que escribió, solo haya uno –ya diré cuál es– y un solo poema, también lo he dicho, con esa melodía de princesas tristes. Cuando le salía uno de ese ritmo, lo corregía sencillamente. Ya lo explicaremos, otra vez.
miércoles, 21 de febrero de 2018
lunes, 19 de febrero de 2018
El nuevo año chino
Como cada febrero, a comienzos, he concurrido a celebrar el nuevo año chino, la fiesta de la primavera, momento en el que los chinos "vuelven a casa", como en la Navidad de los europeos. No todos pueden hacerlo, desde luego; y entonces lo que hacen es celebrarlo con la gente más cercana de mil maneras, un modo de fiesta en el que tienen papel fundamental adornos, reuniones, comidas, fuegos artificiales, etc. pretextos para sentir las raíces y decir "estamos aquí". Se hace en todo el mundo, con todas las razas, en todas las sociedades: es un modo de sentirse perteneciendo a un grupo, a una sociedad, a una etnia, a una religión, a todo lo que pueda significar comunión con otras gentes.
Yo he acudido a varios lugares y he disfrutado de ese halo de fiesta y compañía –desde fuera, claro– en varias ocasiones. En Madrid, con los amigos chinos; con los amigos de los amigos; en el barrio de Usera, en donde se da la mayor concentración de población china; acudiendo a algún restaurante chino –ya los hay excelentes en Madrid–, acompañando a mis viejos alumnos o colegas chinos en sus fiestas.... Va de todo en las fotos.

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Fiesta de la primavera (China)
viernes, 16 de febrero de 2018
Viejos carteles de moda


Probablemente todo venga del museo de Praga que centralizará la fundación del mismo nombre del artista checo. Y hay lugares en Madrid, por ejemplo la exposición del Liceo francés o la actual de ABC, en donde se abunda en este tipo de exposición. Los ramalazos alcanzan al cine: en uno de mis vuelos muy reciente alcancé a ver la película francesa de E. de Luc sobre Gauguin (creo que que todavía no se ha estrenado en España, en Francia ha causado mucha polémica, por la presunta pedofilia del pintor); los impresionistas son los que mayor cantidad de materia han dado al cine, con su biografía o con su época: Renart, Cezanne, Gauguin....
En todos estos casos juega a favor la conocida fascinación posterior por el arte que precede a la ruptura con la figuración o el realismo, dicho de otra manera, la que se va fraguando a lo largo de la década 1910-1920, con hitos tan significativos como Strawinsky, Picasso, el dodecafonismo, etc. Es como si el espectador moderno todavía se sintiera capaz, todavía capaz, de degustar ese desvío hacia no se sabe dónde, el impresionismo en pintura, el dodecafonismo en música, los primeros procesos de industrialización.... No anda muy lejos de lo que enseguida hará Warhol, cuya muestra se puede ver en Madrid (Caixaforum). De hecho, los grandes pintores impresionistas, como por otro lado el nuevo rumbo musical, se han integrado posteriormente como los grandes clásicos modernos, si es que no hay contradicción en decirlo así.

Por otro lado, sospecho que hay algún proceso de "industrialización" o producción en serie de muchos de esos objetos; al menos muchos de los cuadros de Mucha en el museo de Guangzhou son o iguales –no lo he podido saber– a los que se exponen (¡simultáneamente!) en Madrid. Es de suponer que del original, se conservara o no, se tiraban decenas o centenares de copias, a lo mejor con cierta contención, para equilibrar su precio, como luego ya hemos visto que se hace en la llamada "producción artística" (con número de ejemplares numerados y firmados).
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