Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

martes, 28 de febrero de 2017

Placa madrileña para Alonso Zamora Vicente

Plaza de la Cebada, 10; Madrid. Lunes 13 de marzo, a las 12,30, colocación de la placa

El próximo lunes 13 se colocará una placa conmemorativa en la que fue casa de Alonso Zamora Vicente, en la Plaza de la Cebada 10, por la mañana, hacia las 12. Acto sencillo al que todo el mundo puede asistir.
Me da noticia de ese acto también Antonio Viudas, que con tanto celo y pasión ha venido organizando los actos y encuentros recientes sobre el centenario de su nacimiento (en Malpartida, Mérida, Madrid....) Suyo es todo lo que sigue:

"Os lo comunico para que entre todos se consiga que el acto se prepare protocolariamente correcto y se comunique a todos los posibles ciudadanos que estén interesados en asistir. No sé si asistirá la alcaldesa. En la última conversación que tuve para preparar el acto del San Isidro quedé con el gabinete de protocolo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid en que se le notificaría por parte de la organización tan pronto supiéramos la fecha exacta. Una vez que se cierre la organización del acto nos ponemos manos a la obra entre todos para invitar a todas aquellas personas e instituciones (que han sido muchas) que han hecho posible que el año del centenario del nacimiento de Alonso Zamora Vicente haya sido un éxito. Se admiten sugerencias i divulgación del acto.
Con este pregón inédito, creación popular que tanto le gustaba a don Alonso --llegaba a clase y nos cantaba alguno, ¿os acordáis? uniendo los pueblos de España os anuncio:

VARONES Y VARONAS,
menores y menoras,
de parte de la señora alcaldesa
de la Villa y Corte de Madrid
os invito a asistir
a la inauguración de la placa
que se pondrá en memoria
del ilustre madrileño
Alonso Zamora Vicente
en la casa donde nació y vivió
en el predio 10 de la Plaza de la Cebada,
distrito de La Latina,
lindante con la Plaza de Carros
y Cava Baja y Calle Toledo
enfrente del antiguo Humilladero
y Puerta de Moros,
callejero madrileño
que el escritor Alonso Zamora Vicente
ha dejado novelado en sus obras
"Primeras hojas" y" Examen de ingreso, años veinte"
y en otros escritos literarios.
Todo esto se hace saber de parte de la señora alcaldesa
para conocimiento de todos los villanos y villanas
de la urbe cosmopolita del antiguo Magerit.









miércoles, 22 de febrero de 2017

Leyendo al Beato Bernardino de Obrregón



Debe de ser algo raro pasarse un día leyendo al venerable hermano Bernardino de Obregón, cuya biografía trazó Francisco de Herrera Maldonado, un jesuita, allá hacia 1620, con el sugerente título de Libro de la vida y maravillosas virtudes del siervo de Dios  Bernardino de Obregón, padre y fundador de la congregaciòn de los enfermeros pobres....Incluso a veces un ejercicio de penitencia, por la cantidad de hojarasca religiosa que el viejo texto rezuma,  o por ese impregnamiento extraño que se produce cuando se habla desde el convencimiento religioso, como se solía hacer en la época en este tipo de escritos. 


Lo leí en la edición princeps, aunque ya aviso de curiosas irregularidades en los preli minares, que no son de este lugar (el libro va de 1600 a mitad de siglo). Y lo lei en el asiento 6 del salón general de la Biblioteca Nacional de España, a media luz. Nótese que el libro se ha desterrado a su consulta en el salón general, adonde van a parar los libros de menos valer; los otros, con una R. delante (de "raros") se van a la sala Cervantes. Ya no caben más libros en los depósitos de la sala Cervantes ni menos investigadores; uno de los fecundos logros de la nueva dirección de la BNE.
En realidad estaba cumpliendo con un deber de profesor perdido que ayuda a antiguos alumnos, era una lectura colateral, que nunca había hecho, y eso que uno de mis autores dilectos, Quevedo, habla del beato y con él parece haberse cruzado, en su entierro (Quevedo era joven, 19 años, entonces).


Y me engolosiné con el texto. ¿Me echarán de este blog si digo que me engolosiné, lo mismo que censuran a los que enseñan la belleza desnuda, en donde "desnuda" es polisemántico? No lo sé. A ver. Una vez puse una foto de una dama eue me volvía loco, con aquellas razones de por què me volvía loco, y el blog me envió un correo con la sugerencia de que lo advirtiera antes; está bien. 
Siempre pensé que menuda faena nos hicieron los que desterraron el sexo y aledaños de nuestra condición humana, y lo envolvieron en frases como "Drogas, violencia y sexo" –es un verbo y gracia- o la no menos desgraciada de "sexo, drogas y rock and roll". Tiene variantes, por ahí anda también el tabaco y el alcohol. En un descuido de nuestras creencias envenenaron nuestras ideas, igualito que los de Bankia, que los de "nación", que los de TV, que los de tantas cosas. Hay tanto por deshacer. Lo malo es que para deshacer hay que explicar, hablar y lo que cuelga. Y a estas alturas de España casi ya no hay espacio posible para nada de eso. Nos han invadido. De manera que.... Bernardino de Obregón. Una tarde beata con el beato. Por cierto, ¿por qué no es santo? A ver que pecadillos se le descubrieron a destiempo.


El benemérito jesuita que trazó su biografía –habría que hablar de él; ya lo harán, van a editar otro texto suyo en Clásicos Hispánicos-- hizo pasar ante mis ojos casi toda la historia de España y Portugal de entre mediados del siglo XVI hasta cien años después; Felipe II, El Escorial, la muerte del Monarca, las bodas de Valencia.... con rincones nuevos, desde luego, curiosidades, detalles, etc.
 


Muchos se refieren a Madrid, sus calles, gentes, modo de vida, edificios e instituciones. No sé si se ha empleado en asentar la historia de la capital. En las ilustraciones doy el indice porque dice mucho de la extensión y riqueza del libro, con capìtulos harto alejados de las piadosas gestiones de Bernardino.


Mucho me ha interesado por ejemplo el de la historia de los hospitales (para huérfanas, caballeros, mujeres del amor, convaleciente, niños huérfanos, italianos.....) que hasta 18 había, reducidos luego al General y cinco más, para intentar allanar los terrenos del final de Santa Isabel –las monjas, hoy del opus, aunque lo nieguen–, que es donde se estableció primero. Luego sufrió mucho, la fábrica actual se levantó durante los reinados de Fernando VI y el benemérito Carlos III, a mitad del s. XVIII: es el Centro Reina Sofía, maravilloso museo, tanto por su arquitectura y espacios como por buena parte de su contenido. El lector puede hacer una estación en Carlos III, del que hay al menos cuatro exposiciones actualmente en Madrid, no lo sé muy bien, porque ya redacto de corrido, con poco respeto por la erudición.
La peste de la que hablaba Mateo Alemán ("Dios te libre del hambre que sube de Andalucía y la peste que baja de Castilla") se llevo a Benarnardino en 1599, que es cuando se estaba escribiendo el Guzmán de Alfarache, y cuando más se trataba del Amparo de pobres, tema de rabiosa actualidad y razón por la que Lope ennoblecía a villanos arrinconados y labradores honrados, que eran los que llevaban el pan, la carne y la leche a la corte.
Bernardino, a pesar de morir apestado, emanaba olores de gloria, se dice. No sé, no sé. 
No puedo seguir, se me va la pluma al lienzo histórico, muy, muy amplio. 
A veces me dicen amigos, colegas, etc. ¿no vas a escribir una segunda edición de una biografía de Quevedo? No, contesto. –¿Está todo? ¿No hay nada nuevo?
– Al contrario, hay muchos datos y noticias nuevas... pero no habrá nueva edición.
–-No. No hace falta, primero porque "historiar" es salir de la acumulación de ciscunstancias y datos, de la erudición, para mirar desde lejos y no terminar reconstruyendo otra Babilonia, inútil. Se necesita un objeto mental que insertemos en nuestro conocimiento y manejemos en nuestra conducta e ideas.
Segundo, porque no suele importar demasiado. Este mismo blog está llenito de autógrafos y noticias, de muy primera mano, casi siempre inéditos, que duermen.
Por la misma razón nunca haré una segunda edición de una Métrica (agotada desde 1913), ni daré los resultados de una bibliografía sobre las relaciones históricas entre China y España.


Se va, se va esta nota.
Ddejo unas cuantas páginas –ahora que ya se puede hacer esto en la BNE– con pasajes aludidos, índices e ilustraciones, para algún alma gemela que se regocije con su lectura.
¡Qué tarde, qué lectura! ¡Qué soplamocos a Bisbal, Bustamante, el Hormiguero, Salvados, Gran Hermano, los Hernández, los niños cocineros.... Sé que si sigo con esta lista no podría terminar en varias páginas más.
El Beato Bernardino, que entrego su vida a la miseria de la condición humana –enfermos, viejos, huérfanos, mujeres abandonadas....–  y murió apestado, en Madrid, al año siguiente de hacerlo el Monarca que más misiones en la corte le había encomendado: Felipe II.

Conciertos en Madrid, en Centro-Centro


jueves, 16 de febrero de 2017

miércoles, 15 de febrero de 2017

Marín Sorescu


En mi reciente viaje a Barcelona he sabido –a través de Corina Oproae– de una nueva (¡segunda edición, notablemente enriquecida!, 2016) de una Antología poética, de Marin Sorescu, en traducción de la misma Corina Oproae y de Xavier Montoliu Pauli, con prólogo de Francesc Parcerisas (Palma de Mallorca: Lleonard Muntaner, la primera edición había sido de 2013).
Hace unos diez años ya nos había mandado María Hernández, desde Barcelona, dos hermosos poemas ("Capricho" y "Ajedrez") en versión de Virgil Ani. Los publicamos en el número uno (2006) de la Nueva Revista de Erudición y Crítica (va el facsímil).


El lector puede leer –y disfrutar– de los tres textos: el rumano, y las dos versiones.



martes, 14 de febrero de 2017

Mimosas





Son de febrero. Aparecen primero discretamente coronando los árboles, sobre todo las ramas que recibieron el sol invernal. Esta vez no las he descubierto en el camino, como otras veces, me han sorprendido, tempranas, como siempre, en un balcón de una preciosa tienda de la calle Asturias de Barcelona.  Allí no podía olerlas, claro, de manera que cuando me las volví a encontrar a la entrada de un restaurante de barrio en Gracia, también en Barcelona, sí que pude olerlas. 


Dentro de poco podré comprar un ramo –cuando haya más y bajen de precio– que dejará que su amarillo fresco y débil se torne poco a poco cobrizo. Y entonces, porque han cogido polvo, las quito: es otra manera de medir el tiempo, o que el tiempo mida mis estaciones. 
Mimosas.




El MACBA


El MACBA  es un espacio donde estar, ante todo. Los visitantes terminan por tumbarse en los sillones y taburetes del primer piso mientras piensan y asimilan lo que acaban de ver, que son, por lo general otros espacios dentro de este remanso blanco de rampas y superficies lisas, en cuyas salas sin puertas se esconden con la mayor generosidad del mundo, objetos, documentos, fotos.... todo tiene que ver con ese desbordamiento del arte actual, que fagocita todo, en el momba para intentar que el arte no huya a una contemplación sin historia, es decir, a lo que muchas veces ha sido. Ese inmenso tirón hacia la gente, la sociedad y la historia que devuelve al arte a un lugar mas cercano.... aunque el paseante experimente un desconcierto total, porque la vuelta no es "real", conserva un aspecto del viejo arte: la libertad y la imaginación.



He recorrido pacientemente -porque lo expuesto puede herir, irritar o desengañar- las exposiciones temporales. La gelatina dura. Històries escamotejades dels 80. La de Miralda madeinusa. Y me he asomado a varias salas más de la colección Macba. Por cercanía y conocimiento ha sido la primera, una muestra sobre todo documental de lo que pasó a partir de los 80 (1980-2000), lo que más me ha interesado, como si un nuevo recorrido se tratara de todo el proceso histórico a partir de la muerte de Franco (1976). 


 Y luego me he tirado en uno de los sillones, para escribir esta nota, mientras leía el mural: "algunos objetos de deseo + algunos objetos necesarios + algunos objetos sin interés- aquellas cosas que se nos escapan % una fuerza mayor = algunas cosas".





viernes, 10 de febrero de 2017

El Madrid de las exposiciones y museos

Reparte no sé si el Ayuntamiento o la Comunidad unos acordeones –desplegables– con muchas de las actividades que tiene lugar en Madrid:está bien, pero es irregular y equívoco en algunos casos, hay que andar con tiento: la exposición de Sicilia se había terminado el 5 de febrero...., mala suerte. El artista, lo digo en homenaje simpático, había ilustrado la edición que la imprenta artesanal hizo del Cancionero y Romancero de Ausencias, de Miguel Hernández, preparada por Pablo Moíño y por mí. De manera que me escapé corriendo para poder ver la de la Imprenta artesanal, en la calle Concepción Jerónima, que se anunciaba con un bonito grabado del Madrid viejo y el goloso título de: "La Corte de las Letras. Miguel de Cervantes y el Madrid de su ´época". Nada de nada. En sala alta de tan hermoso espacio se habían ordenado unos cuantos dibujos, varios retratos y un montón  de libros de época. Los dibujos, insulsos; los retratos (Cervantes, Quevedo, Lope...) tardíos y falsos; los libros, elegidos a la buena de dios, sin que tuvieran mucho que ver con Madrid. Eso sí, el espacio –pisos y taller de abajo– sigue siendo el lugar adecuado para saber cómo se hicieron los libros; pero de eso ya hemos hablado.


De allí me escapé, por si me daba tiempo, al CNARS, el Reina Sofía, andando, para ver una vez más, al ladito, en la misma calle, el lugar en donde estuvo la casa en la que en algún momento residió Velázquez, con la grata sorpresa de que, en la de al lado, repintada de mostaza, se ha colocado placa nueva para recordar que fue la casa del Abate Marchena. Muy bien. Madrid es historia, sobre todo historia. Fui por la calle Magdalena y recorrí otra vez la calle de Santa Isabel, hasta desembocar en la feísima plaza (que no tiene nombre, por cierto), a pesar del viejo hospital, de sus ascensores trasparentes y, sobre todo, del palacio Sabatini, que alberga el Conservatorio de Música, al que también dediqué una viñeta en este blog.


Llegué tarde al CNARS y pregunté, para no perder tiempo, que donde estaba la exposición de Bruce Conner.... pero se abre el 22 de febrero. De manera que deambulé por las hermosas galerías de ese espléndido lugar (¡qué suerte y qué buena idea convertirlo en museo!), buscando el amor de algún cuadro, y me entretuve contemplando el patio central, con los árboles recién podados. Buscando mis amores pasé por esas salas con presura, y yéndolas mirando, delante del Guernica, había una turba. Descansé en la salita de Solana, por ver si andaba por allí el  Ciego Fidel (sí el de Los Cuernos de de don Friolera, ¿todavía no lo ha explicado nadie?) y me entretuve mirando como Valle se lucía por el Paseo de Recoletos.


 Antes de salir tomé una foto de la Barceloneta –anónimo– a finales del siglo XIX, porque mañana, allí iré a cenar. ¡Cómo ha cambiado!



jueves, 9 de febrero de 2017

miércoles, 8 de febrero de 2017

La Cuesta de Moyano y la caseta 1 del Ayuntamiento





La entrada se abre con dos imágenes de Madrid, la actual (puesta de sol velazqueña en Cuatro Camino) y el cuadro de Joli con la vista antigua de la zona actual de la Cuesta y Atocha. Siguen varias escenas actuales de la Cuesta de Moyano, jalonada de librerías. Termina con una sucesión de fachadas y escenas madrileñas, la mayoría cercanas a ese lugar.







Y terminamos con un concierto callejero en Antón Martín.


Lorca, recitado y cantado


martes, 7 de febrero de 2017