El Museo Naval ha abierto nueva exposición sobre el Galeón de Manila, el barco –o mejor dicho, la ruta– que salía desde Acapulco (México) y recorría los ocho mil kilómetros del mar Pacífico para llegar –hacia el sur– a Filipinas; y luego volvía –hacia el norte– buscando las costas de California para regresar a México.
Y el Museo Naval tiene un fondo inmenso de documentación y testimonios reales. El texto, sin embargo, es claro, didáctico y un tanto patriotero.
Añado algunas imágenes que proceden de mis inventarios en el Museo Naval, antes del gran retrato de Urdaneta, que se conserva en los agustinos de Valladolid, adonde tengo que ir antes de navidades, pues hace mucho que lo visité, pero por temas quevedianos y de Tomás de Villanueva.
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Urdaneta, el retrato procede de los agustinos de Valladolid |
Se salvaron, en el sentido de que quedaron al margen, al menos, Japón y China, no porque no se "descubrieran", es decir, aparecieran en el horizonte del conocimiento de los europeos, sino porque preservaron –de modo distinto– su identidad.
Y todo ello es una historia rica, compleja, importantísima..... sobre la que no se suele decir ni explicar demasiado, por cierto, aun cuando se trate de momentos históricos cruciales para la historia de la humanidad, con hitos tan poco aireados como el descubrimiento de California y Alaska, el paulatino conocimiento de China, la llegada a las islas (Molucas, Sumatra, Java...) del cono sur y a Australia.
Vuelvo al Galeón de Manila, que tiene un excelente cronista catalán, entre otros, por cierto, Manel Ollé. La exposición del Museo Naval ha dispuesto de un juguete precioso para esta ocasión, aliado de las nuevas tecnologías: una mesa (¿es de Google?) con un mapa y unos navegadores, que sabiamente manejados reproducen con bastante fidelidad los viajes de los primeros navegantes, sus azares, paradas, resultados, etc. En 1565, la nave San Pedro, más o menos gobernada –Felipe II lo sacó de un convento- por Andrés de Urdaneta consiguió volver desde Filipinas (Cebú) a Acapulco.

La foto final –sentimentalismo puro– es de mi madre muy joven, con un mantón de Manila, prenda que se expone en el Museo Naval y que todavía colea en algún comercio tradicional.
Hola Noemí
ResponderEliminar¡Qué crítica eres!¿pero sabes una cosa? ¡Nos encanta la gente crítica! siempre y cuando nos visite, claro, que hay gente que critica sin saber o sin acercarse y eso, eso no está bien.
El catálogo España y la aventura del Sur es del Archivo de Indias no del Museo Naval y la mesa no es de Google, es eso tan de moda de la realidad aumentada, mucho más que PokemonGo.
Nos ha encantado tu blog y la entrada que dedicas al Museo Naval. Esperamos tus comentarios de la próxima exposición ¡Un cordial saludo!