Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

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viernes, 11 de octubre de 2013

Vegetarianos, ratatouille




Los platos hechos a base de verduras y hortalizas gozan de amplio predicamento, por los cambios reales que se han hecho, desde actitudes más naturalistas, y que han favorecido que se prestara más atención a productos primarios (no industriales, no elaborados, etc.)  –aunque muchas veces no lo sean– y de carambola han aumentado sus precios y las variedades en mercado. No hace mucho, solo lechugas y tomates formaban parte de una ensalada normal (o "mixta"), hoy día se han popularizado otras muchas, con la rúcula y los canónigos a la cabeza; y lo mismo está ocurriendo con las hortalizas, cuyos precios en mercados y restaurantes igualan muchas veces los de la carne o los de los platos "principales". 
En España, pistos, menestras y ensaladas eran los tres géneros a los que llegaban estos productos para formar plato o para ser cocinados. Todos tenían sus  variedades geográficas, desde la menestra palentina, con carne rehogada, hasta los pistos conquenses, con mezcla de carnes; aunque el auténtico pisto fuera el manchego –hecho muy lentamente, sobre una base de pimientos– y la mejor menestra la de la Rioja y Navarra.
Una variedad interesante y que se está popularizando es el ratatouille, que se prepara en centro Europa a base de verduras y hortalizas, con base de berenjena y pimientos, hechos lentamente al horno y regados con un buen aceite, para terminar con una vinagreta.
El ratatouille admite muchas formas: por amontonamiento –el más clásico–, por capas, a modo de brazo, etc. Doy muestras del clásico y del dispuesto en fuente de barro. La variedad de hortalizas y verduras es grande, pero no deberían faltar: cebolla, pimientos (a ser posibles, verde y rojo), berenjena y calabacín. Para ejemplificar lo que he dicho, he añadido col china, apio, zanahoria.... El secreto estriba en que se haga lentamente (el horno a no más de 170º) y que se riegue con un poco de aceite de oliva, para que no se seque demasiado, al comienzo, lo que no quita para esa vinagreta final, que se espolvorea luego con hierbas –de "Provenza", dice la receta tradicional, lo que quiere decir sencillamente hierbas silvestres del Mediterráneo (tomillo, romero, etc.) El tiempo de cocción no debería ser nunca inferior a los 35-40 minutos.
Se puede tomar caliente o fría.





3 comentarios:

  1. UNAS DELÍCIAS VEGETALES QUE NO DEJAN INDIFERENTE...
    Gracias amigo; un buen sábado :)))

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  2. Lo mejor de todo, ¡ese pomelo tan riquísimo!

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