Cuaderno de pantalla que empezó a finales de marzo del año 2010, para hablar de poesía, y que luego se fue extendiendo a todo tipo de actividades y situaciones o bien conectadas (manuscritos, investigación, métrica, bibliotecas, archivos, autores...) o bien más alejadas (árboles, viajes, gentes...) Y finalmente, a todo, que para eso se crearon estos cuadernos.

Amigos, colegas, lectores con los que comparto el cuaderno

miércoles, 12 de septiembre de 2012

rendirse al animal


Solo nos quedan restos y retales
he de calmar al animal que llevo
que pide sin que sepa cuando pide
un lugar encendido y su sustento;

mas no se logra así como si nada,
requiere dominar los sentimientos;
a veces se le engaña con tapujos
y casi siempre con el pensamiento,

un lugar que parece que no alcanza
con el que vive en franco desacuerdo,
al que torea de pe a pa y domina,
domina incluso voces rimas versos;

quizá mejor rendirse al animal
sin saber sin pensar y sin remedio.



3 comentarios:

  1. Por qué elegir entre el animal y la sociedad?
    Me da que puedes con ambos, cada uno a su tiempo.
    Bicos.

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  2. Pablo, te dejo aqui algo que te gustara. Lo traigo de Facebook!:

    Rafael Argullol
    No hay ideas áureas situadas en un mundo suprasensible sino momentos áureos que pertenecen a nuestro mundo sensible. Esta convicción me aleja, como es obvio, del punto de vista platónico pero sigue manteniéndome cercano a cierta atmósfera de Platón en la que lo erótico es el motor hacia la verdad, en la que lo que denominamos realidad es pura fantasmagoría y en la que, provocadoramente, conocer es recordar. Con respecto a esta última premisa apostaría sin dudarlo: conocer es recordar, si por conocer entendemos, no el avance de la lógica científica, sino aquel otro conocimiento, inclinado esencialmente al conocerse, expresado desde épocas lejanas en fórmulas como “conócete a ti mismo” o, según otra que prefiero, “conoce tu daimon”.

    "El cazador de instantes"

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  3. Bicos, Ohma; no siempre se puede todo, ¿no? A su tiempo, a su tiempo.... Nunca sé cuál es el tiempo de cada cosa.
    Gracias, Estrella, por la ilustración de Argullol, que sé que te convence casi siempre.

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